Adivinación
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  Acción y efecto de averiguar lo que hay en las personas de oculta, lo que sucede en otros lugares o lo que va acontecer en el porvenir.
  En moral se habla de adivinación cuan­do se explora el sentido moral de los sortilegios o agüeros, es decir de los procedimientos misteriosos que se em­plean para esas predicciones o averiguaciones.

  Evidentemente que cuando se usa la intuición inteligente, la existencia de fuerzas o energías naturales especiales (tramitación de pensamiento, radiestesia, intuición) o el cálculo lógico de probabilidades para predecir un aconte­cimiento, la adivinación es sólo un acto inteligente y en nada afecta a la moral.
  Pero cuando se emplean engaños a terceros, cuando se provocan creencias supersticiosas en espíritus y hasta se fomentan reclamos diabólicos, cuando se abusa de la ingenuidad de personas débiles, la adivinación es inmoral en la medida en que perjudica a otros o a sí mismos. Entonces se convierte en viola­ción ética y debe ser rechazada.

  El catequista debe estar atento a esas desviaciones, pues van siendo frecuen­tes en determinados ambientes, incluso juveniles, por influencia de las sectas y grupos satánicos y también como compensación en muchos ambientes ante la falta de fe verdadera.   (Ver Superstición)