Agrafa
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   Se alude con esta expresión a los dichos (no-escritos, a-grafos) atribuidos a Jesús, que proceden de determinados documentos antiguos y que no están aludidos o recordados en los textos evangélicos. Aparecen con abundancia en los diversos "apócrifos" (sobre todo "evangelios") y se difunden desde el siglo II hasta el V.
   Algunos de los cientos que recogen esos documentos pueden tener garantía de ser ciertos o muy verosímiles, tanto como los mismos que recogen los cuatro evangelistas. Proceden tal vez de las probables colecciones de dichos y hechos de Jesús que circularon en los primeros tiempos cristianos.
   Catequísticamente es interesante saber que "otras muchas cosas dijo e hizo que Jesús no están en este libro... que si fuera a escribirse todas, no podrían caber en el mundo todos los libros necesarios" (Jn. 21.25-26). Pero, teniendo la riqueza y la belleza de los textos evangélicos, no es preciso resaltar estas posibilidades ni fomentar la curiosidad, sobre todo si se hace a costa del verdadero Evangelio. Y hay que darles carácter de por suposiciones y, a lo más, por objeto de curiosidad más que de fe.
    En catequesis hay que resaltar los textos inspirados y los misterios verdaderos, no la literatura de fantasía. Por eso es el crite­rio básico de los catequistas la sólida referencia bíblica propia de creyentes y no la mera indagación de alternativas literarias, propias de la arqueología o de la Historia.
   Una colección hermosa de esos dichos y el análisis de su valor puede verse en estudios de especialistas, como "Palabras desconocidas de Jesús", de Joaquín von Jeremías (Salamanca. Sígueme. 1996)

 

  Algunos "agrafas" atribuidos a Jesús


  "No os fijéis en que soy de corta edad. Yo siempre soy varón perfecto." (Ev. de la Infancia)
  "El que pide no cesará hasta que encuentre y cuando encuentre se llenará de estupor; reinará y, en reinando, descan­sará".  (Ev. de los Hebreos)
  "Yo me escojo siempre a los que me agradan. Son los que me da mi Padre en el cielo." (Ev. de los Hebreos)
  "Y Salomé preguntó: ¿Hasta cuándo estará en vigor la muerte? Y el Señor respondió: Mientras vosotras sigáis engendrando". (Ev. De los Doce)
    "Cuando yo estaba entre vosotros os decía mis palabras; pero yo estaba al mismo tiempo sentado ante mi Padre". (Evangelio de Bartolomé 31)