Babilonia
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   Ciudad y región de la Baja Mesopota­mia, entre el Eufrates y el Tigris (meso, en me­dio; pótamos, río). Fue centro y capital del Reino o Imperio babilónico que se basó en la hegemonía de la región y en el dominio de los demás pue­blos del entorno.
   Diversas épocas tienen especial reso­nan­cia en la Historia bíblica: en torno al 1800 el primero y hacia el 700 el poste­rior, antes de que los persas reduje­ran todo el territorio mesopotámico  a una de sus satrapías.
   Su significado etimológico "puerta del dios", implica el valor mítico que pose­yó en los diversos imperios y dinastías que se sucedieron en la región. Y es reflejo también del reclamo que su esplendor y su poder ejerció sobre los otros pueblos del entorno que se alzaron en armas contra ella y la terminaron destruyendo, aunque varias veces volvió a resurgir de sus cenizas debido a la riqueza de la región.
   En su época de mayor esplendor, bajo el rey Nabucodonosor (605-562 a C.), las mura
llas, los templos, las avenidas y los "jardines colgantes" sobre los muros, la proporcionaban un aspecto cautivador.
   Los griegos llamaron Babilonia a toda la región, de unos 30.000 kms., “la fecunda”,  por las crecidas de los dos ríos que la rodeaban y por la cultura de sus habitantes. Fue el macedonio Alejandro Magno el que se dejó subyugar por sus encantos y sustituyó su austeridad macedonia por la ampulosidad de sus encantos, convertidos en formas de vida de toda la región desde la Nínive de los Asirios hasta la Persépolis de los persas.