CATEQUETICA
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    Es la ciencia teológica, o rama de la Teología, que estudia la acción de la catequesis en lo que tiene de implicaciones teológicas: identidad, leyes, exigencias revelacionales, legislación, etc. La Catequética supone especulación y generalización, a diferencia de la cateque­sis, que es algo práctico, concreto, operativo e inmediato.
   Se integra en la Teología Pastoral, la cual puede analizar dos aspectos o for­mas: la celebrativa o vivencial, que suele denominarse "Homilética" (de Homilía) y a veces "Kerigmática" (de Kerigma o mensaje); y la Catequética, que es sistemática, lógica y racional

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  1. Identidad teológica

   En cuanto es actividad teológica, la Catequética usa sobre todo la razón: la reflexión, el contraste, la argumentación, incluso la experimentación. Puede hacerlo de dos forma: deductiva, si sienta principios y se esfuerza por llegar a consecuencias; o inductiva, si prefiere partir de hechos para elaborar principios generales a partir de ellos.
   Pero, al igual que cualquier rama de la Teología, lo hace desde la perspectiva de la fe. De no hacerlo en óptica creyente y a la luz de la revelación divina, no sería Teología, sino sólo Pedagogía, Filosofía, Sociología o incluso Etica.
   El catequeta sabe que su centro de atención es la catequesis y, como tal, mira su dimensión espiritual con preferencia. Reflexiona teóricamente sobre algo práctico, pero lo hace con amplitud de miras y con profundidad de argumentos. A veces le resulta difícil mantenerse en lo general y se desvía a lo concreto.
   Espontáneamente deriva sus intereses y su atención a las apli­ca­ciones inmediata, pero debe ser consciente de que yerra si se deja llevar por el dogmatismo de lo lógico, pues trabaja en terrenos del espíritu.
   Los principios fundamentales, al igual que acontece en otras ciencias humanas, como la Etica o la Estética, le arrastran hacia lo operativo. Pero tiene que resistir la tentación pragmática y la inmediatez y configurar reflexiones universalmente válidas y conceptualmente sólidas.

   1.1. Rasgos de la Catequética

   La Catequética se nutre de una  reflexión sistemática, argumental, coherente, progresiva y amplia. Debe construirse con fundamentos y con relaciones lógicas. Sus planteamientos no son invenciones, sino conclusiones objetivas a la luz de la Palabra divina y de la misión evangelizadora de la Iglesia.
   Será mejor o peor, según la consistencia de las argumentaciones. Y será más o menos fiable, según el grado en que pueda ser contrastada con datos, juicios, sentencias en unas ocasiones o con hechos de forma experimental en otras.
   Como toda ciencia filosófica y teológica, la Catequética ha tenido que irse haciendo poco a poco mediante la labor generosa de los que se han sentido vocacionados hacia su cultivo. Ciertamente no han sido muchos y se puede decir que es una modalidad teológica reciente, incluso desconocida en muchos ámbitos incluso catequísticos.
   Pero no quiere ello decir que no sea ciencia teológica segura y extensa. Gracias a ella se fundamenta la catequesis y se asegura la seriedad de muchas de sus acciones, preferencias o relaciones.
   A veces se la mira como apéndice de otras ramas teológicas. Pero, en el orden de los principios, no es difícil distinguirla de las demás ciencias y precisar el terreno en que se mueve. Ese terreno coincide en parte con otras ramas teológicas, pero su óptica es diferente y se centra en el estudio de la educación de la fe y los presupuestos que la justifican
 
   1.2. Ciencias afines

   Para no confundirla, es bueno recordar que hay ciencias teológicas que tratan temas cercanos, aunque lo hacen de manera diferente. La Pastoral, o Teología pastoral, estudia los modos de llevar a los hom­bres a Dios. La Catequética, que tiene como eje el acto catequético, es rama de esa visión general de la Pastoral y se define por su atención al acto catequístico que participa de esa intención pastoral.
   Las ciencias afines a la Catequética facilitan la delimitación de su campo propio. Aunque no siempre es fácil diferenciar el acto catequético, del homilético, del litúrgico o del kerigmático.

   1.2.1. Homilética y Kerigmática

   La Homilía es la acción litúrgica por la que se proclama la palabra de Dios no para ser conocida sino para ser celebrada. Es una forma de orar, de vivir el mensaje, de conmemorar el misterio, de cultivar el gozo de la salvación.
   Si nos fijamos en el mensaje, en el kerigma, es fácil descubrir que es un don que Dios nos entrega y que debe ser ofrecido con solidaridad a todos los hombres a los que sea posible acceder.
   El estudio teológico de la proclamación celebrativa del mensaje es objeto de la Homilética. Y el estudio del mensaje en cuanto es don que implica vida y conversión, es decir en sus dimensiones vitales más que culturales y en sus potencialidades conversivas y no sólo rememorativas, es lo que llamamos Kerigmática.
   La Catequética se halla estrechamente vinculada con ambas realidades, pero su identidad no se confunde con ellas.

 


 

 1.2.2. La Pedagogía religiosa

   Es la forma o rama de la pedagogía que estudia lo que hay de peculiar y original en la educación religiosa en general y lo que hay de específico en la comunicación del mensaje de cada reli­gión, en nuestro caso de la católica.
   Es la rama científica que más se con­funde e identifica con la Cate­quética. Con ella comparte contenidos, vocabulario y actividades, protagonistas docentes y discentes, el ámbito educativo y las operaciones didácticas de la programación, transferencia y evaluación.
   Incluso tradicionalmente la mayor parte de los Tratados que llevan el nombre de Catequética estrictamente no lo son, sino que son Manuales de Pedagogía religiosa.
 
    1.3.3. La "Catequística"

   Podríamos denominar "Catequística", a pesar del sentido neologista e inusual del término, a una mezcla híbrida entre Catequética, en lo referente a aplicaciones, y Pedagogía religiosa, en lo que mira a la didáctica. Su sentido sería eminentemente práctico. La mayor parte de los Tratados de Pedagogía Catequística son más libros de Pedagogía que de Catequesis. Son manojos de consignas operativas o sugestivas y de procedimientos recomendados para la educación religiosa.
    Se centra en aspectos formativos (pedagogía) o instructivos (didáctica) y en las formas prácticas de educar religiosamente la inteligencia, la conciencia y las demás facultades humanas. Tiende a orientar la educación de la fe, que es mucho más personal, informal, interior y espiritual.
   Existen múltiples modelos de Manuales del Catequista, de metodologías de catequesis, que son hermosos tratados de Catequística. Pero sólo los que se elevan a planteamientos reflexi­vos orgánicos, profundos, basados en la revelación, pueden ser definidos como Catequéticas
   Los estudios de la "Catequística" implican proyección práctica. Los de Catequética son teóricos y argumentales, orgánicos y lógicos, con clara referencia a la Palabra divina y a la enseñanza de la Iglesia, que interpreta la Palabra divina.

 

   

 

 

   

 

 

 

   2. Rasgos y contenidos

   Si por Catequética entendemos lo indicado, es evidentemente que su mejor descripción será la que recoja los rasgos derivados de su naturaleza y abarque los contenidos concretos que res­ponden a esos rasgos

    2.1. Cualidades y formas

   La Catequética es rama teológica y teórica. Tiene que apoyarse en estructuras y argumentaciones sólidas, claras y progresivas. Se debe orientar a planteamientos firmes, serios, estables, en los que, a la luz de la fe  se sugieren criterios orientadores de la educación religiosa.
   La Catequética enjuicia lo que es la fe y la posibilidad de su educabilidad. Ofrece criterios para discernir y para ayu­dar al creyente a aceptar el misterio divino y para adherirse a la revela­ción sobrenatural de forma sincera y progresiva.
   Se fundamenta en la autoridad, en el Magisterio, en la Tradición, en las exigencias de la comunidad creyente. Y argumenta a partir de los rasgos de la fe. Si sólo se queda en planteamientos didác­ticos, sociológicos o psicoló­gicos, no lleva al nivel "catequético" sus conclusiones, aun­que puede discurrir de forma interesante por el camino "cate­quístico".
   En diversidad de temas la Catequética tiene que hacer incursiones en aspectos o temas no propios de su misión e identidad, pero puede hacerlo con tranquilidad si resultan convenientes o necesarios.
 
    2. 2. Contenidos
 
    Por eso los contenidos de una buena Catequética no son muchos, pero sí son básicos y claros. Ayudan a situar la reflexión y prepara el terreno para que la catequesis saque las consecuencias convenientes. Algunos de estos contenidos pueden ser:
   - Principios teológicos, sociológicos y antropológicos de la for­mación religiosa
   - Ambitos y derechos radicales que justifican la educación de la fe.
   - Cauces preferentes y límites en la educación de la conciencia cris­tiana.
   - Acciones estrictamente educativas de la fe y diferencias con la religiosidad, con las creencias o los conocimientos.
   - Responsables de la educación reli­giosa y derechos y deberes de los agen­tes educadores primarios y secundarios.
   - Normas y criterios de discernimiento de la educación religiosa auténtica y de las formas humanas de educación.
   En temas como éstos, la dimensión práctica existirá como consecuencia, no como postulado previo catequético.

 

3. Tipos de Catequética

   La Catequética como ciencia no es tan general ni extensa que no tenga también sus dimensiones prácticas. Por eso es usual hablar de una Catequética teórica o general y una Catequética especial y diferencial que analiza aspectos parciales.

    3.1. Catequética General
  
    Es el estudio de las leyes universales, estables, generales, que orientan o alien­tan la educación de la fe. Explora los criterios de discer­nimiento de lo correcto e incorrec­to. Busca las razones bíblicas, magisteriales, canónicas, tradicionales, que justifican la educación de la fe y analizan las diferencias entre fe y creencia, entre instrucción y educación, entre grupo y comunidad.
   La educación del creyente constitu­ye la plataforma de la Catequéti­ca general. Pero no es fácil dilucidar si la educación es equivalente a la formación o a la instrucción. La Catequética general tiene cierta aureola sobrenatural que proviene de su matiz peculiar.
 
   3.2. Catequética Especial

   Es la que analiza los hechos catequísticos con criterios diferenciales o muy especiales
   El estudios de los campos, terrenos, ambientes, niveles, metodologías, experiencias situaciones, etc. es propiamente objeto de la Catequética diferencial. Lo que definirá cada forma será la óptica o aspecto formal desde donde hace sus planteamientos.
   - Es Catequética bíblica la que mira ante todo lo que enseña la Escritura.
   - Es Catequética sacramental la que formula sus estudios en lo que afecta al terreno de los signos de la gracia.
   - Es Catequética ecuménica la que explora los criterios pedagógicos de las otras confesiones cristianas o no.
   - Es Catequetica comparada la que explo­ra concordancias o discrepancias según estilos, sistemas, culturas, incluso profesionales significativos.

   3.3. Estudios de Catequética

   Para entender bien lo que es y lo que abarca la Catequética como estudio teológico es conveniente explorar en la Tradición y en la Historia de la Iglesia los estudios que se han hecho a este res­pecto. Pero hay que recordar la escasez de los estrictamente catequéticos, al menos en el sentido en que ha quedado definida.
   Autores antiguos significativos, como S. Agustín en su manual "De la catequización de los rudos" (de catechizandis rudibus) o como Juan Gerson con su obra: "De cómo llevar a los niños a Cristo" (De pueris ad Christum tradendis), pueden dar las primeras pistas de esta reflexión.


   Y tratados recientes pueden ser, a modo de ejemplo, los que se asemejan a la "Catequetica" de A. Jungmann, editada en Friburgo en 1953 y traducida a muchos  idiomas. Pero son muchos los que han estado jugando con el término de Catequética, sin superar el nivel de ensayos y manuales de cateque­sis.
   Difícilmente se podrá perfilar un mode­lo perfecto de Catequética, ya que la reflexión teológica sobre el acto catequístico, debe asentarse en la realidad huma­na del mismo acto y las condicio­nes del mundo son cambiantes. Si la reflexión tiene que centrarse en la coyuntura histórica y en las variables culturales en la que se realiza la catequesis y se construya la Catequética, la perfección definitiva tal vez resulte inalcanzable.