Darío
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   Tres reyes persas relacionados con Israel llevaron este nombre. Darío I (522-486) fue quien  permitió a los judíos seguir con la restauración del templo, según había autorizado Ciro (Esdr. 4. 24. y 6.12).
   Darío III fue vencido en la Batalla de Arbelas el 331, murió a manos de  sus allegados y su reino quedó absorbido por Alejandro Magno. A la muerte de Alejandro en Babilonia en el 323, comenzó la época de los Diadocos y todo el Oriente se convirtió en un reino helenístico regido por la dinastía de los Seléucidas, hasta la llegada de los Romanos que lo declararon con Pompeyo provincia romana en el año 63 a. C.