Eutiques
  [089][929](378-450)

 
   
 

     
 
      Monje griego, promotor de la herejía monofisita. Nació en 378, tal vez en Constantinopla. Abrazó la vida monacal y pronto comenzó a negar la dualidad de naturalezas en Cristo. Ordenado sacerdote, y elegido luego hegúmeno o gobernante del mo­nasterio, comenzó a predi­car e intervenir en polémicas públicas.
   En un Sínodo de Constantinopla fue acusado de herejía. No quiso acudir al Concilio para justificarse pero fue obligado a ello. Acudió con gran número de monjes y soldados. No quiso reconocer las dos naturalezas en Cristo ni la unión de la divinidad con la humanidad. Fue condenado y expulsado del sacerdocio y privado del cargo en el monasterio. Pero él protestó en una carta al papa S. León Magno y el Papa escribió al patriarca Flaviano, quien le aclaró la situación. En la Corte se complicó la situación y el débil Teodosio II, con el apoyo del patriar­ca de Alejandría Dióscoro, ordenó nuevo sínodo para reexaminar la cuestión.
   Las discusiones se complicaron en el nuevo Sínodo que se convocó en Éfeso. El papa León I, de mala gana, envió legados para que defendieran la doctrina que él ya había escrito en una epístola dogmática, "Lectis dilectionis tua".
   Reclamaba el Papa que todos aceptaran la doble naturaleza en Cristo y daba por zanjado el asunto. Pero en la sesión del 8 de Agosto del 439 los 135 obispos asistentes no pudieron oír la carta del Papa, pues con artimañas no se leyó.  Eutiques expuso su doctrina, asegurando su adhesión al Concilio Niceno, a las enseñanzas de S. Cirilo, y lamentándose de que se le hubiese condenado injusta­mente. No se permitió votar a los Obispos que habían condenado su doctrina en el Sínodo anterior y salió triunfante el error. Incluso entraron los soldados en el tem­plo en que estaban reunidos y obligaron a los obispos a votar de forma amañada.  El papa León no quiso reconocer los resultados y calificó de "Latrocinio de Éfeso" el hecho. El patriarca Diosoco tuvo aún la osadía de excomulgar al Pontífice Romano. Teodosio II, sin em­bargo, aprobó las actas del Concilio y mandó obedecer sus decretos, pero murió en Julio del 450. Su esposa Pulqueria hizo reconocer emperador al general Marciano con quien se unió en matrimonio y quiso pacificar la situación y amortiguar las tensiones.
   Los decretos del "latrocinio" fueron declarados nulos. Los nuevos emperado­res convocaron nuevo Concilio. Este se celebró en octubre del 451 en Calcedonia. De nuevo se condenó a Eutiques, pero sus seguidores se rebelaron y crearon la Iglesia de los monofisitas, que perduraría durante siglos.
   Eutiques fue alejado de Constantinopla sin que se supiera más de él. La emperatriz mandó quemar sus escritos que no eran muchos. La Historia diría luego que ni Eutiques mismo sabía lo que defendía. Fue estandarte de otros más ambiciosos que pretendían el dominio de las Iglesias.