Fantasía
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    Cualidad o facultad humana que nos permite combinar las imágenes que recibimos por los sentidos y producen en nuestra mente otras imágenes nuevas.
   La imaginación es facultad para elaborar y actuar con imágenes. Si las imágenes se retienen y se evocan cuando conviene se habla de memoria. Pero si hablamos de combinación de imágenes, se alude a la fantasía.
   Las imágenes de los sentidos depositadas en la mente (en la memoria) pueden ser objeto de varias acciones: incremento en tamaño o forma, disminución, suma o fusión, resta o supresión. Y se pueden poner en funcionamiento en estado de sueño (y se producen sueños o ensueños) o en estado de vigilia (y se producen fantasmas) que continuamente fluyen en la mente.
  La fantasía es la base de la acción mental, pero pueden producirse desajustes, como la alucinación (producción de imágenes sin estímulos externos) o la ilusión (falsa interpretación de sensaciones que la fantasía mal interpreta)
   Y es facultad imprescindible para la presentación del mensaje cristiano, como lo es para cualquier otro terreno del saber. La fantasía debe ser usada con moderación y correcta orientación, siem­pre en forma positiva y rechazando las formas negativas, punitivas o represivas. Los miedos religiosos (fantasías del infierno, de los castigos, de la muerte, etc.) son contraproducentes para educar bien a la persona. Pero sensorializar excesivamente la figuras positivas: cielo, premios, santos, etc. tampoco es conveniente para una buena educación de la fe, que es siempre un don espiritual y trascendente.