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Eran citas bíblicas grabadas en cintas de tejido que, como adorno piadoso, los judíos más piadosos se colocaban en la frente o en los pliegues de los vestidos.
También se llamaban así las cintas con las que se ataba una caja pequeña que contenía fragmentos bíblicos y se llevaba sobre la frente o en el pecho, interpretando literalmente textos como Deut. 6.8, en donde se habla metafóricamente de "llevar estas palabras atadas a tu frente o en la mano".
Probablemente tuvo también sentido de amuleto o fetiche protector contra el mal, el Demonio o el error. Jesús echó en cara a los fariseos el llevar esas filactelia y no entender ni cumplir de verdad la ley. (Mt. 23.5)
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