Hijos
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    Las personas en cuanto descienden de un padre y de una madre que los ha engendrado. Todos los seres humanos biológicamente son hijos de alguien. Pero el término alude a la dimensión más moral y antropológica de tener unos progenitores a quienes se conoce, se ama, se respeta y se reverencia por imperativo de la misma naturaleza. Para los cristianos es una referencia a la acción creadora de Dios, que quiso poblar la tierra de seres inteligentes y ordenó a los primero hombres, Adán y Eva, llenarán la tierra con sus descendientes.
   Por eso en el doble sentido, activo y pasivo, la idea de filiación presupone resonancia de un plan divino relacionado con el amor humano y de una proyecto humano vinculado al plan divino. No basta la antropología biológica para explicar la existencia de los hombres sobre el planeta tierra. Detrás de la Historia y de la Biología late el misterio divino de un Ser Supremo que tiene también un explícito plan para explicar la existencia humana.
     Además de esta idea de naturalidad, en la tradición cristiana se ha cultivado también una dimensión moral y espiritual. Quien hace de intermediación de la gracia es en cierto sentido padre y madre de quien la recibe. La ascética tradicional llama padres a los sacerdotes, a los directores de almas, a los fundadores de movimientos o grupos religiosos. En todos ellos hay un carácter de filiación que debe ser tenido en cuenta. Los padres son el eslabón querido por el Autor del mundo para que la tierra sea singular: el hogar de sus criaturas preferidas y superiores, que son los hombres. Merecen un respeto y sobre todo un amor por encima de la tendencia natural.

   Aunque en los tiempos actuales, la cultura de la horizontalidad reemplaza a la tradicional actitud del respeto y veneración a los mayores, a lo jerárquico, no está de más que se recuerden con frecuencia los deberes de respeto, veneración, asistencia y acogida que merecen quienes por edad, sabiduría, dignidad o entrega apostólica son padres en la fe, o ejercen como tales. Es un criterio educativo que debe ser tenido en cuenta con prudencia y con flexible acomodación a las circunstancias y la variedad de los ambientes y tradicio­nes.