Ira
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    Actitud, expresión o gesto que implica rechazo violento de un hecho, persona o situación. Es el pecado capital (capital, cabeza de otros) que se combate con la fortaleza, con la paciencia y con el domi­nio de sí mismo. Es enemigo de la man­sedumbre y de la caridad par con el prójimo.
   Y es interesante contrastar que en el Antiguo Testamento siempre se condena cuando se refiere a la ira humana (Prov. 15. 18; Ecclo. 27.30); y se mira con respe­to y temor, cuando frecuentemente se refiere a Dios. Se muestra como res­puesta a los pecados de los hombres (Ex. 9.14; Num. 11.1; Jue. 2.14), lo cual se hace presente muchas veces en las amenazas de los profetas: Ez. 16.41; Jer. 11.20; Salm. 91.10; Miq. 5.14.
    Esa diferencia se hace de nuevo pre­sente en el Nuevo Testamento. Jesús la condena: Mt. 5.22. Los Apóstoles la re­cuerdan: Ef. 4.31: Col. 3.8; 1 Cor. 13.5. Pero también recuerdan que Mt. 21.12; Mc. 3.5. De las 49 veces que se recoge el término "orgé" (cólera, ira, enfado) o de las 20 que se usa "zymos" (furor, furia, enojo), sólo en 4 aparece en los labios de Jesús, hablando de la cólera divina. Las demás son reflejo de las prevenciones aludidas por los otros ha­giógra­fos, apósto­les o no, que hacen alusión al santo temor divino.