Mediación
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   Acción y efecto de servir de intermediario para lograr un objetivo o realizar un proyecto.  Religiosamente el concepto de media­ción se halla vivamente expuesto en el Nuevo Testamento, en cuanto el mismo Cristo se presenta como intermediario entre Dios y los hombres, idea que recogerá intensamente S. Pablo, para quien "solo hay un mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús (1 Tim. 2.5).
    Hasta seis veces denomina San Pa­blo a Cristo “mediador (mesités) de salvación” (Gal. 3.19 y 3.20; Hebr. 8.6; 9.15 y 19. 24). Y en unas 20 ocasiones alude a que el Señor extiende esa mediación radical hacia otra más pastoral y moral, como cuando se declara permanente y presente en medio de los suyos: "Don­de dos o tres están mi nom­bre, yo estoy en medio" (Mt. 18.20)
    La mediación de Cristo se convierte así en una interpretación dinámica de su tarea salvadora, de modo que términos ascéticos como "presencia", "cercanía", "actuación", "intercesión" o "animaci­ría, la Iglesia, por el plan divino de salvación, que es sacramental; y sin embargo lo grupos evangélicos extreman su suceptibilidad y rechazo ante otras mediaciones que niegan por completo ("sólo Cristo y nadie más"), lo cual rompe con la tradición y la piedad de la Iglesia.

  Con todo es bueno recordar que estas discrepancias son más formales y verba­les que reales, ya que los mismos textos evangélicos están llenos de referencias intermediadoras de los Apóstoles y de la misma Virgen María ("No tienen vino... Haced lo que El os diga" (Jn. 42.1-6) y "Rogad al dueño de la mies." (Mt. 9.38).