Monedas
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     Piezas metálicas de valor variable por la hechura y por la significación social, ordinariamente avaladas por legislación adecuada. Sirven para intercambios mercantiles y sus valores son convencionales, dependiendo de la autoridad que la acuña o la autoriza.
   La moneda históricamente surgió en Oriente, tal vez en China, antes del 1.500 a C. Comenzó en forma de piezas naturales: conchas, frutas. Pero ya en el siglo XV a. de C. apareció alguna pieza metálicas apta para el intercambio o transación mercantil. Luego las piezas fueron productos apetecibles: oro, plata, estaño. Y más tarde se "acuñó" y se grabó en metal signos, efigies, leyendas.
   En el siglo V se extendieron por Occidente, siendo progresivamente acuñadas en metales nobles y cada vez más apreciados: cobre, plata y oro.
   En el Antiguo Testamento se hablan de diversas monedas, incluso de acuñación propia del Templo de Jerusalén y de la nación judaica no antes de la restauración por los persas. De entonces se habla del dracma de oro (Esdr. 2.69 y Neh. 7.70), del dárico de oro con la imagen de Darío I (1 Cron. 29.7), de siclo de plata (Neh 5.15 y 10.33). En el Nuevo Testamento se alude a monedas romanas, griegas y judaicas: al denario roma­no (Mt. 26.15 y 27. 3-10; Mt. 18.28), el dracma (Lc. 15.8), el óbolo Mt 10.9 y Mc 6.8 y 12.41), la didracma (Mt. 17.24).
   Es casi seguro que en tiempo de Je­sús en la Palestina "romanizada" se computaba en monedas romana los impuestos, los tributos, las transaciones comerciales. Se usaba el de­nario (Mt. 18. 28), que tenía 16 ases. El as tenía 4 cuadrantes o cuartos (Mt. 5.26 y Mc. 12. 42), el cuarto valía dos ochavos (Mc. 12.42. Lc 21.2 y 12.59).
    Con toda seguridad los tributos en el templo no se pa­gaban en moneda romana, con emblemas paganos como el busto del Emperador, sino en moneda especial del templo que se cambiaba antes de entrar en el recinto sagrado (Mc 11.15-19; Mt. 21.12; Lc. 19.45-48 y Jn. 2. 13-22). Por supuesto, "los cambistas" sacaban sus beneficios en las permutas de monedas. El mismo Jesús fue "comerciado" por Judas por "dinero" dice Lucas y (Lc. 22. 15). Y por "treinta monedas de plata", dice Mateo (Mt. 26.15