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Tendencia patológica a apreciar e incluso desear una enfermedad (nosos). En cuanto la enfermedad es contraria a la naturaleza, cualquier propensión hacia ella supone trastorno mental o afectivo.
Es difícil admitir que pueda resulta aceptable cristianamente cualquier propensión al dolor, a la enfermedad o al sufrimiento, ni siquiera con el pretexto religioso de asemejarse a Cristo crucificado. Si en determinadas situaciones el dolor se puede apreciar, incluso desear, como un medio de acercamiento a Dios, debe ser por cuanto se valora el amor al que da oportunidad de adherir, nunca por el dolor en sí mismo que es un mal rechazable.
Cuando se presentan en la hagiografía figuras que estimaron el sufrimiento como un beneficio, hay que saber diferenciar entre dolor instrumento y dolor estado. El instrumento malo y rechazable puede servir para hacer cosas buenas. Pero el preferir instrumentos negativos a los positivos, el fomentar el aprecio a un estado de dolor puede ser rechazable por si mismo. En este sentido la nosofilia se debe definir como un estado patológico y no natural.
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