Ordalías
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   Son referencias entre religiosas y supersticiosas a pruebas en que se invoca a Dios para que de manera casi milagrosa determine la verdad o falsedad de los hechos o de la afirmación. Por eso se llamaron desde la Edad Media "Juicios de Dios o del cielo".
   Se invocaba la actuación de Dios en determinadas acciones que debían reali­zar los acusados para demostrar su inocencia: introducción de la mano en agua o aceite hirviendo, bebidas de productos indigestos, paso sobre hierros candentes, la lucha con el adversario o acusador, etc. Se suponía que el hecho de superar la prueba se debía a la pro­tección divina y se declaraba la inocencia o la culpabilidad de manera tan parcial y supersticiosa.
    La práctica estuvo muy generalizada en las culturas primitivas y muchas tuvieron carácter religioso, en donde la superche­ría, la astucia, el abuso de los débiles resultó tan abundante que pocos con sentido común admitían la intervención divina en acontecimientos tan miserablemente humanos. En la Biblia se hacen alusiones a ordalías o juicios divinos, sobre todo en referencia a las mujeres rechazadas (Num. 5. 11-31). Sólo se pueden entender tales procedimientos en una cultura oriental y babilónica, en donde la mujer era menospreciada y la clericocracia más absoluta gobernaba sobre una población ignorante y profundamente supeditada los falsos juicios religiosos.