Partenón
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      Templo dedicado a Atenas, virgen (en griego, parthenos), y construido entre el 458 y el 438 en lo alto de la Acrópolis. Fue el emblema de la belleza y de la religiosidad helena.
    Fue también la obra maestra del genial escultor Fidias, por sus frisos, bajorrelieves y estatuas, sobre los bastimentos de los arquitectos Ictinios y Calícrates, quienes jugaron con el mármol, con la policromía más desafiante de materiales de contraste y con un genial control de la superficie de 69,54 m. por 36,87 m., que tiene la planta, rodeada de peristilos de marmol que dieron esbeltez al edificio.
   En la Historia del arte, y sobre todo en el Renacimiento, fue el emblema de la armonía, de la creatividad, de la belleza clásica. Fue el espejo del arte, a pesar de no quedar de él más que algu­nos ele­mentos en pie. Incluso después, el tiempo y la rapiña se encargaron de desmantelar sus encantos estéticos y llevar sus piezas escultóricas a los museos de Londres, de Oslo y de Atenas. Pero sus estilos influyeron en las posteriores corrientes estéticas, sobre todo en el arte cristiano de Europa que llenaría las na­ciones de templos, imágenes y figuras similares.