Poligamia
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        Mantenimiento de varias esposas en el régimen de matrimonio. Fue práctica común en determinadas culturas, sobre todo orientales. El cristianismo, según mensaje del mismo Jesús, rechazó totalmente la poligamia como tolerable y "consentida por Moisés por la dureza de vuestro corazones, aunque al principio no fue así." (Mt. 19. 8-9)
    Con todo, contra los rigoristas primitivos que impedían las segundas nupcias, la Iglesia siempre consideró la poligamia sucesiva como natural en el hombre, al igual que la poliandria sucesiva fue mirada como lícita en la mujer.
    Las razones del rechazo de la poligamia, además de las naturales basadas en la convivencia, en la fidelidad y en la educación de la prole, que son insuficientes, hay que hallarlas en el lenguaje del cristianismo en el sentido sacramental del matrimonio. Si el sacramento es signo sensible del amor de Cristo a la Iglesia y de la Iglesia a Cristo, la unidad y exclusividad, al mismo tiempo que la pureza y la totalidad de ese amor, exigen en el signo del matrimonio la unidad.