Salle. San Juan Bta. de La
           [955] (1651-1919)

 
   
 

    

   Fundador de los Hermanos de las Escuelas Cristianas en 1684. Fue designado por el Breve "Quod Ait" de Pío XII Patrono de los educadores. Fue el inspirador de las escuelas populares en Francia. Se le puede considerar el principal representante de la catequesis escolar y el creador del movimiento de educación cristiana más importante del siglo XVII
   Fue, por su carisma y su intuición genial, por sus procedimientos y su entrega, por haber sido elegido así por la Divina Providencia en la que siempre tuvo su mente y su cora­zón, el pionero de los movimientos educativos populares.
   A partir de su obra beneficiosa para la sociedad y para la Iglesia, la inquietud por la educación de las clases populares se convirtió en algo básico en la Iglesia.  

      1. Su biografía

Nació el 30 de Abril de 1651 en Reims, de rica familia de magistrados. Su padre, Luis de La Salle, consejero de Luis XIV, y su madre Nicolasa Moët, formaban un matrimonio profundamente avenido y cristiano.
    Fue primogénito de seis hermanos. En 1660 ya frecuentaba el Colegio de "Bons Enfants", en la ciudad natal. El 11 de Marzo de 1622 recibió la tonsura. Su hermano Luis, también abrazó el sacerdocio. El 7 de Enero de 1667 fue designado canónigo del cabildo de Reims.
   En 1670 ingresó en el Seminario de San Sulpicio, en París. Estaba regido por los sulpicianos, cuya espiritualidad influyó en él. Siguió estudios de Teología en la Universidad de la Sorbona.
   En 1671, el 19 de Julio, falleció su madre y el 9 de Abril de 1972 su padre. Hubo de hacerse cargo de sus hermanos y regresó a Reims. El 11 de Junio recibió el Subdiaconado, siguió con la Teología en Reims y se hizo Bachiller en Artes. En 1676 recibió el Diaconado y consiguió la Licenciatura en Teología. El 9 de Octubre de 1678 se ordenó sacerdote.
   Por amor al Beato Nicolás Roland, su director espiritual, ayudó al establecimiento de las Hermanas del Niño Jesús al morir éste el 27 de Abril de este año. Se relacionó muchos con otro fundador de Hermanas de enseñanza, el religioso mínimo Beato Nicolás Barré.
   En 1679 ayudó al maestro Adriano Nyel en la fundación de escuelas de niños en Reims, en tres Parroquias: S. Mauricio, Santiago y San Sinforiano. Fue el comienzo de su obra.
   En Abril de 1680 obtuvo el Doctorado en Sagrada Teología. El 24 de Junio de 1681 llevó a los maestros a su casa y comenzó a dirigirlos de forma personal.
   En 1682, 24 de Junio, se trasladó a vivir con ellos y fue el año de la Fundación de su Instituto. Ante la desconfianza de los reunidos, el 13 de Agosto de 1683 renunció a la canonjía en favor de un sacerdote pobre. Y durante el hambre que asoló la ciudad en 1684, repartió la mayor parte de su patrimonio a los pobres hambrientos. En Septiembre se reunió con los maestros en Asamblea y trazó con ellos los primeros reglamentos.
   En 1686 eligió un superior entre ellos, el Hno. Enrique L'Hereux; pero el Arzobispo anuló la elección. Intentó enviar al Hermano al seminario para que se hiciera sacerdote, pero falleció de forma inesperada, entendiendo él que era voluntad divina que no hubiera sacerdotes entre los miembros de la sociedad.
   En 1688 abrió la primera escuela de París, en la Parroquia de San Sulpicio.
   En 1691, 21 de Noviembre, hizo con dos Hermanos: Gabriel Drolin y Nicolás Vuyart, voto heroico de seguir con la obra siempre, "aunque tuvieran que vivir de sólo pan y pedir limosna".
   En 1692 organizó en Centro de formación de maestros al que llamó Noviciado, en la casa de Vaugi­rard, cerca de París.
   En 1694, el 6 de Junio, celebró una asamblea con los pri­meros Hermanos. Doce de ellos pronunciaron los primeros votos perpetuos de asociación, estabilidad y obediencia.
   En 1699 fue un año de pleitos en su contra, interpuestos por los maestros calígrafos y de las escuelas populares. Ellos se sentían perjudicados porque las "escuelas cristiana" enseñaban a leer gratuitamente a toda clase de niños. Eran ya 20 ciuda­des las que tenían escuelas; y también había una en Roma, con el Hno. Gabriel Drolin, enviado como gesto de fidelidad al Pontífice y reacción contra los jansenistas.
    En 1708 viajó por el sur del país, por la Provenza, visitando sus escuelas. En 1709 se desarrolló contra él un prolongado juicio por haber aceptado la fundación de una escuela normal por un Abate llamado Clement. Renunció a la defensa y fue condenado, después de que le traicionaran las personas en las que había depositado la confianza y los documentos que le defendían.
    En 1711 estuvo a punto de dirigirse a Roma desde Marsella, para apoyar la Escuela que Drolin tenía en la ciudad.
    En 1714 pasó el invierno gravemente enfermo. Ante las persecuciones que se suscitaron contra él por parte de los miembros de San Sulpicio, al no consentir que cambiaran la naturaleza del Instituto de los Hermanos, marchó de París hacia el Sur. En Parmenia, cerca de Grennoble, hizo largo retiro y se encontró con la popular ermi­taña Sor Luisa. Fue reclamado "por obediencia" por los Hermanos de París y regresó pronto. En 1717, en Mayo, tuvo una Asamblea general con ellos, siendo el primer Capítulo del Instituto.
   Consiguió dejar el cargo de Superior y fue elegido el Hno. Bartolomé. Se retiró a San Yon, cerca de Rouen. Allí redactó la Regla definiti­va de los Hermanos y retocó diversos libros escolares. En 1719,  el 19 de Marzo, celebró su última misa. Formuló su Testamento el 3 de Abril y el Viernes Santo, 7 de Abril, falleció al amanecer. Días antes. el Arzobispo le había retirado las licencias eclesiásticas, ante las calumnias de que era objeto, aunque ya no llegó a saberlo. Fue enterrado en el cementerio de San Yon.
   Dejaba al morir 42 escuelas en 22 villas o ciudades, de las 58 que había abierto en vida en 26 lugares. Los Hermanos eran unos 125 en 27 comunidades. Habían fallecido ya unos 55. Los alumnos se acercaban a los 3.500 y por las escuelas habían pasado cerca de los 12.000, en los casi 35 años en que actuó como Fundador. Sus restos fueron trasladados a la capilla de San Yon el 16 de Julio de 1734. Fueron profanadas en la Revolución francesa de 1789, pero se recuperaron. En 1904 se llevaron a Bélgica y el 26 de Enero de 1937 a Roma.
    Beatificado por León XIII el 19 de Febrero de 1888, fue canonizado por el mismo Papa el 24 de Mayo de 1900. El 1 de Noviembre de 1950 Pío XII le declarara Patrono celeste de todos los Maestros, con el Breve "Quod ait".

   

 

   2. Obra escrita

   De las 3.394 pgs. editadas por San Juan Bta. de La Salle, 2.310 versaron sobre temas pedagógicos y catequísticos; las demás, sobre temas religiosos y espirituales.

   2.1. Sentido de sus escritos.

   La más extensa de sus obras, "Los Deberes del Cristiano", es un verdadero catecismo de las Escuelas Cristianas. Es la que mejor refleja sus intuiciones catequísticas en lo doctrinal. En lo metodológico su libro cumbre es la "Guía de las Escuelas Cristianas." En lo pedagógico su espíritu se halla en las "Meditaciones para maestros en tiempo de retiro".
    En el fondo de las obras de Juan Bta de La Salle late su ideal de formar buenos cristianos, es decir “personas libres” que posean el "espíritu del cristianismo".  Este espíritu hace posible ser buenos cristianos. Se logra si se conocen las máximas evangélicas, que son las que abren el camino a las virtudes.
    Doctrina, espíritu cristiano, máximas evangélicas, virtudes, obras buenas, oración, confianza en Dios, son los temas que centran sus catequesis. Pero no es una formación teórica lo que busca, sino eminentemente moral y práctica.  La ternura y el amor a cada niño, en lo humano y en lo religioso, es la nota más humana de esa pedagogía. Hermosas son las descripciones psicológicas que hace de los diversos tipos de alumnos: de los viciosos, de los caprichosos y voluntariosos, de los atrevidos y ligeros, de los testarudos, de los mimosos y blandos, de los tímidos, de los estúpidos y deficientes.
    Interesante es siempre lo que escribe del "maestro cristiano", que es el centro de su atención y la fuente que hace posible las más profundas páginas. Sólo la lectura de los títulos de sus libros basta para entender de su orientación pedagógica.

    2.2. Lista de libros

   1689. Memoria sobre el Hábito. Mns. 8 pgs. sobre el vestido de los Hermanos.
   1693. Colección de varios trataditos. 238 págs. Para los Novicios.
   1695. Meditaciones para el tiempo de retiro. 84 págs. Son 16 meditaciones, dirigidas a los Hermanos y maestros.
   1697. Guía del formador de maestros nuevos. Consejos para los que deben dirigir a maestros jóvenes.
   1698. Instrucciones y oraciones para la santa Misa. 96 Págs.
   1700. Regla del Hermano Director. 14 págs. Para la dirección comunitaria.
   1702. Guía de las Escuelas Cristianas. 230 págs. Metodología que se empleaba en la escuela cristiana. Fue impresa en 1720.
   1703. Los deberes del cristiano. Cinco libros en forma de catecismos, en preguntas y respuestas y en texto seguido. 504 págs. el más amplio.
   1703. Reglas de cortesía y urbanidad cristiana. 258 págs. Conjunto de consignas de convivencia en sociedad.
   1705. Colección de cánticos religiosos. 124 págs. Letras de canciones para uso de la escuela y del catecismo.
   1706. Instrucciones y oraciones para la confesión y comunión. 112 pgs. Para uso de los alumnos.
   1707. Oficio de la Virgen.
   1715. Meditaciones para los domingos y fiestas del año. 504 págs. Reflexiones sobre el Evangelio del día.
   1717. Reglas comunes de los Hermanos de las Escuelas Cristianas. 114 pgs. para regir la vida de comunidad.
   1717. Explicación del método de oración. 130 pgs. para los Novicios.
    Las cartas salieron de su mano a centenares, tal vez millares, pues mensualmente se escribía con todos los Hermanos. Sólo han sobrevivido 134, 54 de ellas autógrafas. Se sabe de otros documentos que redactó, aunque no se han conservado la mayor parte de ellos.

   2.3. Instituciones escolares.
 
   Fueron diversas, con el común denominador de animar y cualificar las escuelas cristianas organizadas por él. Estas fueron de diverso tipo:
    - Escuelas con maestros y alumnos.
    - Internado en San Yon para niños
   - Reformatorio en San Yon para jóvenes enviados por las autoridades.
    - Colegio para irlandeses desterrados.
    - Escuelas de artes y oficios, en París.
    - Escuelas dominicales para obreros  jóvenes no escolarizados
    - Escuelas de Magisterio.
    - Centro de Formación para jóvenes  aspirantes a la comunidad

 

 

 
 

 

   3. Su pedagogía

    En todas sus obras el centro de su inquietud fue siempre apoyar la escuela cristiana y la catequesis escolar. La educación de los niños, sobre todo de los hijos de los artesanos y de los pobres, fue su ideal. Así, "estando mañana y tarde bajo la dirección de los maestros, pueden éstos enseñarles a vivir conforme al espíritu del cristianismo."  (Reglas Comunes 1)
   Es la Providencia la que funda las Escuelas. Es ella la que se encarga de velar por los hombres, pues "Dios quiere que todos los hombres se salven y lle­guen al conocimiento de la verdad", según la primera frase de su Regla. La educación es el medio para ello.

  3.1. Intuiciones pedagógicas

   Su mejor mensaje pedagógico estuvo en sus palabras sobre el maestro cristiano, catequista en ámbito docente, educador en todos los terrenos.
   Concibió un tipo de educador cristiano que se entregara sin medida a los alum­nos de una Escuela Cristiana. Y entiende por tal el que no tiene otros compromisos, matrimoniales por ejemplo, y tampoco eclesiales. Tenía que ser por lo tanto un laico, consagrado a Dios, promotor de virtudes y modelo de vida cristiana
   En las escuelas, el buen maestro enseña de forma práctica. Es el ejemplo lo que más impresiona la mente y el corazón del alumno. Y es el ideal de vida cristiana, el "espíritu del cristianismo", el que está contenido en las "máximas evangélicas" lo que verdaderamente centra la atención del educador.

   3.2. Valor de la Escuela

    Configuró un nuevo estilo de escuela cristiana, que habría de durar hasta nuestros días y extenderse por el mundo.
    Por encima y por debajo de la cultura habría de estar la piedad. Sus principios son prácticos:
      - Enseñanza en la lengua materna
      - Conocimientos útiles para la vida
      - Método grupal y no individual
      - Orden y progresión minuciosa
      - Conocimiento de cada escolar
      - Puesta en juego de los intereses.
      - Estímulos: premios, castigos.
    Fue consciente de que la cultura es imprescindible para la vida. Y por ello trabajó sin descanso por que también la tuvieran los hijos de los artesanos y de los pobres. Hizo lo posible para sensibilizar a todos, padres, autoridades, sociedad en general.
    Puso su énfasis en la buena preparación del maestro, para que uniera una acción instructiva en lo profano y una labor de instrucción eficaz en la doctrina cristiana.

   3.3. La escuela cristiana

   Diseñó un mapa perfecto de rasgos básicos de la educación cristiana en el contexto escolar.
   La fe y el celo, junto con la más elegante austeridad profesional y los valores humanos más exigentes, constituyeron su estilo profundo educador. Al mismo tiempo descubrió el trabajo compartido de sus educadores como llave de la mejor eficacia en las tareas de cada día. Para conseguir conveniente orientación eclesial, supo mantenerse por encima de las discusiones doctrinales de su tiempo (jansenistas y galicanos), sin estar ausente en ellas.
   Entendió que la Escuela no era un lugar de polémicas teológicas, sino un centro de catequesis y de formación de la fe, de manera sencilla, cordial, limpia de intereses o de partidismos. Por eso proclamó siempre su adhesión a la Iglesia y a su Autoridad, como contraseña de autenticidad evangélica. Su devoción al Pontífice romano fue verdaderamente meritoria en su tiempo jansenista y en su ambiente galicano.
    La ilusión por acercarse al alumno sencillo y la exigencia de conocerlo para educarle, junto con la preferencia por los más pobres y necesitados, fue el alma de su dinámica educativa. Pero, además resaltó el valor de la actividad y colaboración del alumno, el sentido de comunidad y de grupo en los profesores, y la necesidad de tener al tanto a los padres de los procesos educativos, eran las bases de una eficacia pedagógica admirable.
   Su pensamiento se perfiló en la oración más pura, pero también en su amplia experiencia per­sonal de educador polifacético.

   4. Su ideario catequístico

   Está centrado eminentemente en la catequesis escolar. Pero el alma del mismo es la vida espiritual intensa y los compromisos sagrados de quienes se dedican a él.
   San Juan Bautista de la Salle fue profundo creyente y apóstol de Jesús. Su última frase fue: "Adoro en todo la voluntad de Dios para conmigo". Es normal que toda su visión de la vida comienza y termina con un himno a la Providencia

    4.1. El motor.

    Como hombre espiritual y fiel a la Iglesia, todo su pensa­miento se centra en estas líneas directrices:
      - Fe en la Providencia divina
      - Cristocentrismo pleno, junto con una espiritualidad evangélica y bíblica.
      - Amor a la Iglesia y al Magisterio episcopal y, sobre todo, pontificio.
      - Intensa vida de oración y ascesis.
      - Cultivo íntimo de la fe y del celo.
      - Sentido de trabajo y de austeridad.
      - Amor al orden, a la previsión.
      - Vivencia sacramental profunda.
      - Devoción tierna a la Madre de Dios.
      - Unidad de acción, sin distinciones  entre apostolado y oración.

    4.2. Su metodología.

    Se halla centrada en intuiciones prácticas, siempre dirigidas por su ideal de lograr la plena educación del alumno: la cultural y la adquisición del "espíritu del cristianismo".

    4.2.1. El plan metodológico.

    Es la adquisición del espíritu del cristianismo, que es lo mismo que decir pensar y sentir igual que Jesús.
    - Educación cristiana exige crear hábitos de bien obrar, virtudes, en el alumno.
    - La enseñanza de la doctrina cristiana es el alma de la escuela cristiana.
    - La escuela debe preparar a la vida parroquial y sacramental.
    - El amor al alumno y el conocimiento de cada uno es esencial en la tarea educadora de cada maestro cristiano.
    - Pero todo ello, armonizado con una instrucción humana de calidad, y muy orientada a lo que los escolares iban a necesitar al llegar a la madurez.
    Ciencia y piedad unidas es el lema de las Escuelas cristiana de Juan Bta. de la Salle.

  4.1.2. Los recursos

  Son los que el profesor tiene que poner en juego para cautivar a sus escolares.
     - La adaptación al alumno es condición de eficacia en la tarea educadora.
     - La bondad del maestro, artífice de la buena educación de los niños, en los que se ve por la fe, hijos de Dios.
     - Importa la comunidad, el grupo, como ayuda de la acción educadora.
     - La clase de religión debe ser cuidada, seria, agradable, dinámica, atractiva, útil. Pero las demás deben regirse por el mismo cuidado.
     - El orden y el método es decisivo en el aula. Se requiere la entrega del educador.
     - Los pobres, los hijos de los artesanos y de los pobres, deben ser los predilectos, pues lo fueron de Jesús.
     - La educación tiene que ser práctica y útil para la vida. Los pobres no necesitan erudición, sino cultura para vivir mejor.

  4.2.3. El maestro artista

  La idea del maestro hábil, competente, vigilante, cordial, exigente, cercano, respetado, es vital en la pedagogía de  Salle.
    - Hay que hacer vivir la esperanza y la caridad a los maestros, base de toda vida cristiana firme, y fuente de la piedad de los escolares.
     - Es importante la vida de oración y sacramentos en la educación del niño. Pero es preciso comenzar por la propia.
     - Es necesaria la instrucción profana, pues es esencial hacer buenos ciudadanos y los alumnos nunca lo serán desde la ignorancia.
     - Los contenidos de la educación se deben ajustar a lo que el alumno necesita para la vida real y de trabajo.
     - La recompensa del educador en el cielo será maravillosa.

    La Guía y el Catecismo (1ª parte, cap. 9)

   Capítulo IX. Del catecismo
   * Artículo primero. Del tiempo que debe dedicarse al catecismo y de los asuntos que se deben ofrecer.
   * Artículo segundo. Del modo de interrogar en el catecis­mo.
   * Artículo tercero. Deberes del maestro en el catecismo.
   * Artículo cuarto. De los deberes de los escolares durante el tiempo del catecismo.
   * Artículo quinto. De lo que hay que hacer en particular en los catecismos del os domingos y días de fiesta.
   * Artículo sexto. De los externos que asisten al catecismo los días de domingo y de fiesta.

   Los datos sobre como hacer la sesión del catecismo son interesantes en la "Guía de las Escuelas":

   - Se comienza con una canción y una plegaria.
   - Se repasa lo anterior para entender de qué va la lección.
   - Se pregunta por orden a todos los escolares. nadie.
   - Se asegura que todos entienden y repiten lo explicado.

Se imprime sentido práctico y piadoso a lo que se enseña

 

 

   

  5. Su influencia.

  Fue enorme a lo largo de los siglos posteriores. Supo infundir en los espíritus selectos la inquietud por la educación cristiana escolar como cauce imprescindible de evangelización.
  También supo descubrir, por su fina capacidad de analizar los signos de los tiempos, la importancia de la educación desde los primeros años.
  Por eso  fue capaz de valorar con clarividencia el sentido de la dedicación total de los maestros a la tarea docente y deseó que nada limitara esa entrega plena.
   Su labor transcendió su vida terrena. La familia religiosa que alumbró para bien de tantos de pueblos se encargaría durante más tres siglos ininterrumpidos de hacer su figura popular y dinámica y encarnarla con aires de naturalidad en casi todos los rincones del mundo cristiano.
   Gracias a ellos la figura entrañable de Juan de la Salle pasó a la iconografía cristiana como una de las más conocidas y populares, sobre todo en el mundo de las escuelas y en los ambientes juveniles e infantiles.
   La pedagogía lasaliana, realista, práctica, sistemática y, sobre todo cristiana, debe figurar en todas Historia de la Pedagogía.


          

6. OBRAS CATEQUISTICAS EXCELENTES DE LA SALLE

  6.1. MEDITACIONES PARA MAESTROS EN TIEMPO DE RETIRO

   Extraordinaria obra para educadores, entre las que escribió Juan Bta de La Salle. En las 16 que componen el libro se salta con sorpresa d la teología más sutil sobre el ministerio a la mística más sublime la esperanza.
   Otros libros de meditaciones preparó: Meditaciones para los domingos y fiestas del año, el Método de oración, Instrucciones para la Santa Misa....
   Pero las del tiempo de retiro recogen la filosofía de y la espiritualidad de las escuelas cristianas.
   Objetivamente son profundas y expresivas, literariamen­te son elegantes y coherentes, pedagógicamente son ricas y excelentes.
   Están escritas en 1694 por el Santo en su casaretiro de Vaugirard. Constituyen un tratado sistemático que aún nos llena de admiración y de piedad. Cada una de las 16 meditaciones, se halla ordenada en tres partes, que ensalzan con énfasis espiritual, lo que es la escuela y lo que es la educación.
   Siguen el estilo de una obra seme­jante: "Meditaciones para las Hermanas del Niño Jesús", del P. Barré", compuestas por el religioso Mínimo, P. Giry. Las de La Salle son más completas, profun­das, teológi­cas.

   El índice de las 16 indica su línea de pensamiento espiritual y catequístico:
   1. Que Dios por su Providencia es quien ha establecido las Escuelas Cristianas
   2. Sobre los medios que han de utilizar los encargados de educar a los niños.
   3. Que quienes instruyen a la juventud son cooperaores de J. C.
   4. Cómo hacerse verdaderos cooperadores de J. C.
   5. Que los elegidos por la Providencia para educar a los niños deben ejercer las funciones de ángeles
   6. Cómo ejercer la función de Angel Custodio
   7. Que el cuidado de instruir a la juventud constituye el empleo más necesario en la Iglesia.
   8. De lo que ha de hacerse para que vuestro ministe­rio sea útil a la Iglesia
   9. De la obligación que tienen los que instruyen a la juventud de vivir animados de celo ardiente
  10. En qué cosas debe mostrarse el celo
  11. Sobre la obligación de reprender y corre
  12. De cómo han de reprenderse y corregirse las faltas
13.Que el maestro dará cuenta a Dios del modo como haya desempeñado su empleo.
  14. Sobre las cosas de que darán cuenta a Dios.
  15. De la recompensa que deben esperar ya en esta vida quienes instruyen a los niños.
  16. Sobre la recompensa que debe esperar en el cielo el Hno. de las EE. CC. si es fiel en su empleo

             6.2. DEBERES DE CRISTIANO

   Es el Catecismo de S. Juan Bta. De La Salle. Es obra concebida como una exposición sistemática de la doctrina cristiana para conocimiento y preparación de los maestros y de los escolares. Tuvo distintas formas de expresarse.

   Lo presentó a la censura en 1703 y salió impreso en 1704 con las autorizaciones legales.

    - La primera parte adopta forma de texto seguido;
    - la segunda, tiene forma interrogativa;
    - y la tercera se editó aparte, con título diferente como si de otro libro se tratara

    El segundo tomo está en texto seguido y versa sobre el mismo contenido del primero. Es más amplio y discursio (504 pgs). Se hizo para el estudio de la doctrina por personas cultas. También se usó como libro de lectura en las Escuelas con los alumnos mayores.

         "DEL CULTO EXTERIOR Y PÚBLICO".

   Es la tercera parte del libro del Santo y, sin duda, la mejor elaborada. Escrita al principio como parte coherente con las dos anteriores, más tarde la preparó como libro a parte.
   Es la obra que más ediciones ha tenido. Se conocen 300 en diversas ciudades y momentos. En su vida salieron ya tres: 1703, 1705 y 1713. Tiene unas 375 páginas, según las ediciones. Y los te­mas son muy unitarios: dogma, mandamientos, culto, oraciones, etc.
   El libro está redactado en forma de preguntas y respuestas para los maestros y los alumnos mayores. Las respuestas son claras, concisas, sistemáticas y directas. En el texto se evita cualquier controversia.

   Sobre el contenido y plan del libro "Deberes del cristiano", el Santo preparó varios resúmenes como "catecismos para los escolares".
    * El resumen grande tiene 130 páginas, en forma de preguntas y respuestas, para los alumnos mayores.
   * El resumen pequeño, de 36 páginas, dirigido a los más pequeños, para la iniciación en la lectura.

             LIBROS COMPLEMENTARIOS

   Ese gran catecismo, el mejor del siglo XVII en Francia, está complementado por los otros escritos, como "Cantos para el Catecismo", "Instrucción para la Sta. Misa y para confesarse bien", "Las reglas de cortesía cristiana".

                           6.3. GUIA DE LAS ESCUELAS

Fue editada por primera vez en 1720 sobre un manuscri­to de 1696, año en que probablemente hizo el santo la primera redacción. En la Biblioteca de París existe uno (mns n 11.759) de 1704. Desde los primeros años de las escuelas. El Santo los redactó y las copias se multiplicaron. Tenía unas 230 páginas. La parte dedicada a la clase de religión es de las más coherentes y mejor elaboradas. Sería interminable analizar los detalles sutiles y delicados que se advierten en este "tratado catequístico". A poco que conozcamos lo que pasaba en las parroquias y en las otras escuelas, veremos que estas páginas son un ramillete original y riquísimo de experiencia y de sentido práctico y ordenado.Su esquema (en resumen) o plan es este

Primera parte: De los ejercicios que se practican en la escuela y del modo de practicarlos.
     Cap.  1. De la entrada en la escuela y del comienzo de las clases (2 artículos)
    Cap.  2. El desayuno y la merienda (2 art)
    Cap.  3. Las lecciones (10 art.)
    Cap.  4. De la escritura (10 art.)
    Cap.  5. De la aritmética
    Cap.  6. De la ortografía
    Cap.  7. De las oraciones (4 art.)
    Cap.  8. De la Santa Misa (7 art)
    Cap.  9. Del catecismo (6 art)
    Cap. 10. De la salida e la escuela (3 art)

 Segunda parte: Medios para establecer el orden en la escuela
    Cap. 1. Vigilancia del maestro (3 art)
    Cap. 2. Las señales que se usan en la escuela (6 art)
    Cap. 3. Catálogo de listas y registros (2 art)
    Cap. 4. Recompensas
    Cap. 5. Correcciones en general (8 art. con secciones)
    Cap. 6. De las ausencias (3 art)
    Cap. 7. De los asuetos (4 art)
    Cap. 8. De los oficios en la escuela (13 oficios)
    Cap. 9. De la estructura y uniformidad en las escuelas.
          Añadido (Las doce virtudes del buen maestro)

 Tercer parte. Deberes del inspector de las escuelas (aparece sólo en el ms 11.759 de París)
     Cap. 1. De la vigilancia del inspector (3 art)
     Cap. 2. De la recepción de los escolares (4 art)
     Cap. 3. Clasificación de los escolares (5 art)
     Cap. 4. Cambio de alumnos de un nivel a otro (7 art)

 Regla del formador de maestro nuevo (15 partes)

    Una ficha personal que aparece en la Guía:
    "Francisco Terrieux: De ocho años y medio.

"Viene a la escuela desde hace dos. Está en el tercer "orden" de escritu­ra desde el primero de julio último. Es un espíritu inquieto, de poca piedad en la iglesia y en las oraciones, al menos que se le vigile. No lo es por malicia, sino por ligereza. Su defecto particular es la ligereza. Tiene bastante buena voluntad.
   Hay que ganarle y estimularle a obrar bien. La corrección le sirve de poco, por­que es ligero. Ha faltado raras veces a la escuela. Alguna, por haberse encontrado con algún compañero indisciplinado y por su facilidad de seducción. A menudo ha llegado tarde. Se aplica a medias. Levanta a menudo los ojos del libro y permanece inactivo a menos que se le mire.
   Aprende con facilidad pero no ha pasado dos veces del segundo al tercer "orden" por falta de aplicación. Sabe bien las ora­ciones. Es sumiso a la corrección, si se tiene autoridad; en el caso contrario es recalcitrante. No es, sin embargo, un carácter difícil. Con tal que se le gane, hará cuanto se quiera. Es mimado por sus padres, los cuales no quieren que se le corrija.
   No ha tenido ningún cargo en la escuela, por ser incapaz de ello. Es vigilante y cumpliría con su deber si no llegase tarde a menudo"