Tertuliano
  [923](160-220)

 
   
 

   

   Su nombre romano era Quinto Sépti­mo Florente Tertuliano. Su cultura resultaba asombrosa. Su influencia fue duradera.

   1. Vida

   Nació en Cartago, hijo de un centurión romano. Estudió Derecho y ejerció la profesión en Roma. En aquel ambiente de persecución, entre 190 y 195, se convirtió a la fe cristiana, impresionado por el valor y la serenidad de los mártires que conoció ir a la muerte por sus creencias.
   Visitó Grecia y quizá Asia Menor. En el 197 volvió a Cartago para contraer matrimonio y hacerse presbítero de la Iglesia.
   Por sus actitudes de pureza, valor, integrismo, se asoció al grupo de los rigoristas y se hizo seguidor del sacerdote frigio Montano (Montanistas) que exigían inflexibilidad con los débiles en la fe y negaban el perdón a los pecadores públicos. Eso le alejó de la sede de Roma, que le condenó como hereje y le retiró la comunión.

   2. Obras e ideas

   A pesar de ello, fue el gran defensor de la fe cristiana en una Roma todavía pagana. Sus escritos y apologías, bellísimas de estilo, profundas de argumento y ardientes de forma, se convertirían en las "apologías cristianas” por excelencia. Se conservan de ellas bastantes entre los 31 escritos que se transmitieron con su nombre.
   De no haber caído en el rigorismo, en ocasiones fanático, hubiera sido valora­do como el más erudito y ardiente Padre de su siglo, pero sus actitudes morales le quitaron prestigio en sus planteamien­tos doctrinales. En todo caso es el más grande escritor del Occidente y de la len­gua latina de los cuatro primeros siglos.
    La Iglesia católica aceptó muchas de sus obras como ortodoxas, incluyéndo­las en la literatura patrística: "A los pue­blos", "El apologético",  "Contra Marción", "Del Alma",  "De la penitencia", "La exhorta­ción a la castidad".
   Su obra más famosa, "Apologética" (hacia el 197), es una defensa apasiona­da de los cristianos contra las acusacio­nes paganas de inmoralidad, ineficacia económica y subversión política.
    De sus tratados doctrinales destinados a refutar la herejía, el más importante es "De los derechos de los herejes", donde argumenta que sólo la Iglesia tiene autoridad para declarar lo que es y lo que no es cristianismo ortodoxo.
    Especial resonancia históricas tuvieron las más pastorales son sus escritos de madurez, en especial "Del bautismo" y "Sobre la oración", por la luz que arrojan acerca de las prácticas religiosas.
    Pero en otras obras se manifestó tan riguroso que mereció la reprobación de diversos sínodos. Como en la que prohíbe al cristiano huir del a muerte "De la fuga en la persecución" o cuando les invita con ardor a huir de los espectáculos "De los espectáculos".

    3. Influencia

    Con todo su influencia en la Teología Occidental fue siempre evidente, desde S. Cipriano, su contemporáneo, que le admiraba, hasta los apologistas del siglo XIX que le intentaron rehabilitar en el pensamiento de la Iglesia.
    Profundo conocedor de las literaturas griega y latina, tanto en su orientación pagana como cristiana, siembra sus obras de argumento pluriformes.
    Es el primer escritor en latín que formula conceptos teológicos como la naturaleza de la Trinidad. Es original y abre caminos al pensamiento cristiano, menos sistematizado hasta su llegada.  Usa el vocabulario de los juristas romanos. La tónica legalista de su len­guaje jurídico en su pensamiento teológico, acuñado por él en Occidente, nunca se ha borrado de los escritores cristianos.