Tinieblas.
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     En la Biblia es concepto equivalente al de vacío y silencio, de lugar misterioso y capaz de atemorizar a los que en ellas caen. Se citan con frecuencia como lugar de ultratumba, de los muertos (Job. 10. 21; Salm 87.13; Tob. 4. 11).
   Se identifican con el desconocimiento de Dios (Is. 9.1 y 60.1) y desaparecen cuando el elegido llega a conocer el mensaje de Jesús: Jn 12.46; 2 Cor. 4.6;  Ef. 5.7; 1 Pedr. 2.9. Abundan en el Nuevo Testamento las referencias al "poder de las tinieblas" como referencia al mal y al maligno: Mt 6.23; Luc. 22.52; Jn. 8.12. Y se presentan como sinónimo del repudio y del castigo del malvado o del peca­dor: Mt. 8.12; Mt. 25.30; Lc. 1.79.
   En la tradición de la Iglesia, desde la Edad Media, se llamaron "tinieblas" a los oficios litúrgicos de Semana Santa, que se hacia a oscuras o con luz mortecina, aludiendo a la muerte de Jesús y a la tristeza que esa muerte originó, de tal manera que en el mismo momento de expirar en la cruz "la tierra se cubrió de tinieblas" (Lc. 23.44)