Venial
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      Leve, pequeño, sin importancia. Se aplica el adjetivo a los pecados que ofenden a Dios ligeramente, pero no llegan a matar la gracia del alma, no son mortales. La distinción, y el empleo del término, parece que se perfiló en tiempo de la Escolástica, aunque ordinariamente se empleaba el termino "parvus", pequeño en las disputas de cátedra.
   La idea de pecado venial aparece ya en la Escritura (1 Jn. 1.8) cuando se reconoce que el hombre peca si darse cuenta y es perdonado. Lo usaron prácticamente todos los Padres y escritores antiguos. Lo empleó ya teológicamente el Concilio de Trento en el Decreto sobre la Justificación y en los cánones sobre la confesión. (Denz. 804, 833 y 899).    (Ver Pecado)