Viático
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      Término latino que indicaba todo lo que se suele necesitar y proporcionar para un camino o vía.  Se empleaba la expresión en los viajes por las muchas que existían en el Imperio romano. Los viajeros, peregrinos, comerciantes, mensajeros o simples caminantes llevaban provisiones o dinero para llegar a su destino.  Desde el siglo III hay textos patrísticos que aplicaron el término a la Eucaristía que se conserva en los templos y en las casas para los enfermos, presos y, sobre todo, moribundos. La primera vez que aparece escrito es en el Concilio de Nicea (canos 13) en el 325. Los textos luego se repi­ten: Concilio de Cartago, Eusebio de Cesarea, S. Justino, etc.
    La comunión por viático tuvo desde antiguo cierta solemnidad y abundante acompañamiento. Solía llevarla el Obispo o un diácono de especial dignidad. Los cristianos acompañaban las sagradas especies procesionalmente y oraban por el moribundo que las recibías.
    Esta costumbre se ha mantenido hasta nuestros días, en que el ajetreo de la vida moderna en muchos lugares no permite excesivas procesiones públicas. Ahora el viático, o comunión llevada a los enfermos, se hace en forma reservada y discreta. Pero el espíritu de la Iglesia sigue siendo el resaltar el carácter eclesial y comunitario de la despedida, lo cual consta en la Ley eclesial. (C.D.C. cc. 911 y 922)