Ancianos |
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El concepto de anciano tiene una fuerte connotación bíblica como sinónimo de autoridad, de experiencia y de piedad. Pero implica una intensa carga pastoral y catequética, teniendo en cuenta que hoy la vida media se prolonga en la mayor parte de los países. En la Escritura Sagrada "los ancianos" representan la autoridad moral en las tribus, en las familias y en el pueblo, administrando justicia en tiempo de paz y asumiendo responsabilidades de guerra en las luchas contra los adversarios. Son numerosas las referencias bíblicas a la labor de los ancianos (Jue. 11.5; Ex. 18.13; 1. Sam. 20.6) Es dudoso si se ha de interpretar como autoridad eclesial el grupo de ancianos que existía en cada comunidad cristiana primitiva. Más probablemente reflejaban los usos de la cultura de donde procedían los primeros cristianos. De hecho, a medida que la Iglesia se hace más helena y menos judaica, la autoridad viene del "orden" y de la "imposición de manos" y no de la fuerza de la edad y del ascendiente de la autoridad familiar. También es conveniente el detectar el hecho sociológico de que, en nuestros días, la vida humana se prolonga de forma insospechada en tiempos antiguos. Y gran número de cristianos vive una etapa de vida, que puede ser muy fecunda en lo espiritual e incluso prolongada en lo material. Se habla hoy mucho en pastoral y en catequética sobre la necesidad de "catequesis de la tercera edad". Se entiende por tal la que prepara al hombre para vivir su fe en los "años posteriores". Teniendo en cuenta que muchas personas de la tercera edad van a estar en ese estado muchos años, se debe hablar de una catequesis de "culminación" y por lo tanto de conducir a desarrollar la conciencia de la responsabilidad del adulto que ofrece sus riquezas espirituales, sociales y morales al servicio de la comunidad.
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