Beelzebú
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   En la tradición farisea, parece ser el príncipe de los malos espíritus. Es, pues, sinónimo del jefe de los demonios. A él le atribuían el poder taumatúrgico de Jesús (Mt. 10.25) El Señor los rebatía indicando que "todo reino dividido termina por destruirse".
   Probablemente el nombre es repetición y recuerdo del Baal-zebub, que venía a significar despectivamente "señor de la moscas o del estiércol” (zabâl en hebreo es estercolar).
   También hay quien relaciona el nombre y el personaje con el Baal arcaico de las divinidades fenicias y arameas (Juec. 6.25; 1 Reg. 16.31).   (Ver Baal)