Castidad
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   Virtud cristiana que tiene como la regulación inteligente y meritoria de la facultad procreadora del hombre. Como virtud no debe ser identificada con la continencia, el celibato, la virginidad, la pureza y cuantos términos aludan a la regulación de la tendencia sexual.
    En cuanto virtud la castidad supone ejercicio sexual cuando se debe realizar, de modo que es falta de castidad el negar la satisfacción sexual propia de la otra parte cuando se vive en el orden recto del matrimonio; y supone continencia y privación del placer sexual cuando no se puede conseguir en el recto plan matrimonial.
   La castidad es en sí misma natural, en cuanto gobierno del cuerpo por la inteligencia en el ser libre; y es virtud sobrenatural cuando se eleva a cumplimiento del plan de Dios en el orden de la gracia y desde la pers­pectiva del matrimonio en cuanto signo sensible de la gracia.
    Por eso no está bien reservar el termino de continencia para el no ejercicio sexual y el "castidad perfecta" cuando se hace por motivo superior, como si el ejercicio sexual matrimonial por amor y entrega no fuera, o pudiera, ser también castidad perfecta.
   La catequesis de la virtud de la castidad implica profundos planteamientos desde bases antropológicas firmes. Ello supone la necesidad de clara y oportuna información sexual, pues en la ignorancia no puede haber virtud, tampoco en lo relativo a la castidad. Pero no basta el saber para hablar de virtud. Es precisa la formación de los sentimientos, la valoración de la naturaleza y la claridad en la intención.    (Ver Virtudes y ver Sexuali­dad)