Cautividad
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    Es la dependencia forzada de otro durante un tiempo o para toda la vida. Lo contrario de cautividad es libertad, y la ruptura de las ataduras de la cautividad es la liberación.  En la Historia del Pueblo de Dios se alude a la cautividad cuando se habla del tiempo en que los hebreos estuvieron es­clavi­zados en Egipto, cuya liberación relata el libro sagrado del Exodo y que históricamente puede situarse entre el 1250 y el 1200 a. C.
   Y sobre todo se alude al destierro que el pueblo elegido sufrió al ser llevado a Mesopota­mia. Los reyes del imperio asirio en el norte, con la capital en Níni­ve, destruyeron Samaria el 721 y los habitantes fueron cautivados.
   En su territorio fueron instalados otros deportados y los "samaritanos", sus descendientes, fueron en adelante considerados como enemigos y extranje­ros hasta los tiempos de Jesús.
   Los del Sur sufrieron la misma suerte un siglo después, cuando los babilo­nios suce­die­ron a los asirios. Nabucodonosor de Babilonia, el 585, tomó Jerusalén, destruyó el Templo de Salo­món y llevó cautiva a la población.

   El regreso de los cautivos de Babilonia, porfetizado por Jeremías y Ezequiel, se relataría en los libros de Esdras y de Nehemías. Sólo fue  posible  40 años después.
   De esta segunda cautividad ya no volvieron más que los "judíos", los de la tribu de Judá, cuando los persas dominaron a Babilonia y Ciro el Grande el 538 y luego Darío I autorizaron la restauración de la vida nacional. Los que regresaron, pues muchos se quedaron en su "destie­rro", reorganizaron el Reino en forma teo­crática, reconstruyeron el templo y la ciudad de Jerusalén y se mantuvieron tributarios de los nuevos dominadores, pero protegidos por ellos.
    Con la tribu de Judá, regresó la de Benjamín. Las 10 tribus del Norte, de Israel, se perdieron en la Historia, al menos bíblica, aunque sabemos que constituyeron la base de la Diáspora, o grupos judaicos que en adelante poblaron el Mediterráneo y Mesopotamia.
  

 

 

   

 

Pero la conciencia del judaísmo postexílico se orientó ya hacia la segunda etapa de su existencia, la que después culminaría con los griegos helenistas y los romanos.
   Muchos israelitas siguieron perfilando sus genealogías hasta los tiempos actuales según las doce tribus históricas.
   La cautividad quedó en la conciencia del pueblo como una experiencia traumá­tica de castigo y de perdón, en cuya gestación actuaron de forma eficiente los profetas. La Biblia y las bases sociales de la Historia de la salvación se configuraron en las formas que hoy conocemos al regreso de la cautividad
   En el mensaje cristiano, heredero del judaísmo, la idea de la Cautividad posee cierto preso específico en referencia al pecado, al perdón, a la penitencia y a la justicia y misericordia divinas.