Celibato
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   Término de etimología incierta, origina­rio del latín tardío (coelibes), que significa "no desposado", de vida continente. En griego se usa "agamos" o "agamia", sin mujer, no desposado.  El celibato en sí mismo refleja evidentemente una situación social en la que se declara privación voluntaria de ejercicio sexual.
   En lenguaje religioso y tradicional implica una opción voluntaria de vida, acompañada o no de otros aspectos como el sacerdocio, la vida religiosa, la vida en comunidad o el apostolado.
   Y se asocia ordinariamente a una motivación virtuosa: llevar una vida de continencia o de virginidad, tener una mayor libertad adecuada para obras de apos­tolado, ser testigo escatológico de una vida de abnegada entrega a los demás. En este sentido el celibato es sólo opción de personas adultas, que pudiendo convivir con esposo o esposa, eligen el no hacerlo. Tal es el caso de los que hacen pública profesión de vivir así (religiosos) o de los que eligen esa forma de vida por motivos superiores.
   Los niños pues no son célibes por el hecho de no ser maduros sexualmen­te. La idea de celibato exige libertad, no necesidad o coacción. En eso se diferencia de soltería.
   El celibato fue conocido en religiones antiguas y en determinados estados so­ciales en que se exigía más libertad y movilidad a los profesionales de ellos. Especial reconocimiento tuvo, como estado de perfección, en el budismo y en el mahometismo. En el judaísmo veterotestamentario fue mirado como una mutilación, debido al valor que se dio siempre la fecundidad.
   Con todo, en el cristianismo primitivo, el ejemplo de Cristo que no contrajo matri­monio dio al celibato un sentido profético, escatológico y especialmente evangélico, que se refleja en múltiples pasajes evangélicos y paulinos y que pasó a los creyentes.

  
Con todo el celibato en sí no es más que un hecho personal y social no nece­sariamente piadoso o meritorio. Es la intención lo que define su bondad ética y espiritual. Un celibato por temor, por interés o por egoísmo, no deja de ser una limitación ética