Císter
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   Nombre castellani­zado de Citeaux,  lugar de Borgoña célebre por el monasterio originario de la reforma benedictina en el siglo XII. Esta reforma se inició con el abad San Roberto de Moles­me en 1098. La regla renovada la escribió San Esteban Harding en 1109 y la aprobación vino en 1119
   La difusión vino con S. Bernardo, abad de Claraval que, con su influencia, supu­so una portentosa difusión en toda Europa, tanto en los monaste­rios mas­culinos como en los femeninos.
   La reforma cisterciense implicó una liturgia, un arte y un estilo nuevo de espiritualidad y de austeridad en la vida monástica. Su hábito blanco se diferenció del benedictino de Cluny: blanco uno y negro el anterior; con un arte cluniacense (prerrománico) mirando a la tierra y con un arte cister­ciense (pregótico) de bellas y rasgadas ventanas mirando al cielo.