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Capacidad para realizar una actividad o para representar una función social. También indica el terreno de actuación preferente y específico en el que cada uno debe actuar por deber profesional.
Es un concepto que debe ser mirado con simpatía por el educador de la fe, pues con frecuencia se ha de preguntar por las competencias que le afectan en el ejercicio de su tarea educadora, de modo que no se quede corto en su cumplimiento, faltando a sus deberes profesionales, y no se sobrepase, dejando de ser fiel a su responsabilidad.
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