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Tres acepciones principales tiene la palabra "consejo".
- Palabra buena o mala que se da a una persona sugiriendo un comportamiento determinado o que se ofrece a un organismos o a una autoridad en función de las decisiones gubernativas que debe adoptar.
- Organismo que ofrece ayuda, orientación, apoyos, a quien gobierna la sociedad y ayuda a la claridad en las decisiones con su discernimiento.
- Don del Espíritu Santo, que es equivalente a la prudencia sobrenatural, a la claridad unida a la valentía en la acción y en la elección acertada de los caminos que se han de tomar en la vida.
En la acción pastoral y educativa hablamos de "consejos" cuando aludimos a determinados organismos que ayudan en la Iglesia a ordenar la acción para el bien de los cristianos. Y lo podemos definir como conjunto de personas que de una forma más o menos organizada y frecuente se reúnen para discernir lo más conveniente y orientar la acción de gobierno eclesial o de animación evangélica en diversos terrenos.
Algunas formas usuales o terminologías a este respecto se hallan en expresiones como: "Consejo Episcopal", "Consejo parroquial", "Consejo Pastoral", "Consejo Presbiteral", y otras similares. En estos consejos, o grupos de consejeros, cuenta el fin, la estructura, la capacidad de acción, la duración y, sobre todo, los miembros que lo forman.
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