Corredención
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   Además de la idea de corredención o participación redentora de la Madre de Jesús (corredentora), es interesante también en la educación de la fe de los cristianos resaltar la idea paulina de que "algo falta a la pasión de Cristo" (Col. 1. 24; 2 Cor. 1. 7; Filip. 3. 10; 2 Tim. 3. 11).  Es a lo que llamamos corredención o participación en la muerte y pasión del Señor. Es el fundamento de la fe y de la devoción al Señor Jesús, que vino a salvarnos y reclama nuestra colaboración en la obra redentora.
   La doctrina de nuestra participación es tradicional en la Iglesia Cristiana. La idea agustiniana de que "Dios que te creó sin ti no te salvará sin ti" late en la ascesis y en el arte, en la liturgia y en la piedad, en los teólogos y en los creyentes de baja cultura. Es una doctrina de sentido común y, por lo tanto, hay que actuar en consecuencia.
   La doctrina va más allá de las meras exégesis bíblicas y de la compleja reacción doctrinal de Trento ante la doctrina de la suficiencia proclamada por la reforma protestante. Ante la "fe sin las obras" y ante la "obras sin la fe" del pragmatismo moderno, hay que saber presentar el mensaje de la Iglesia, que no es otro que el del Evangelio: "la armonía entre la fe y las obras". Pero habrá que dejar el tono, forma y estilo de esa armonía a la misteriosa variedad de las personas que una veces resaltaran la fe para llegar a la obras y en ocasiones se apoyarán en las obras para llegar a la fe.