David
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    El más paradigmático rey de Israel, elegido por Dios en lugar de Saúl. Reinó entre el 1012 y el 972 antes de Cristo.
   Es difícil discernir entre los datos abun­dantes que recoge la Escritura aquellos que son realmente históricos y los que constituyen "historia religiosa" y leyenda.
   De la Escritura se desprende que nació en Belén, hijo menor de Jessé. Tuvo diversas esposas (10 cita la Biblia) y concubinas abundantes, a medida que fue consolidando el reino y enriqueciendo su casa.
   Se le presenta como escudero de Saúl, luego como perseguido por los celos de éste y, por fin, como rey de Judá durante siete años con capital en Hebrón y de Israel y Judá con capital en Jerusalén durante otros 33. Su vida está llena de avatares bélicos y de intrigas y disen­siones fami­liares. Pero se presenta como Rey según el corazón de Dios, a quien obedece a pe­sar de sus propias infidelidades.
    La me­moria de Israel le recuerda como cantor. Se le atribuyen 73 Sal­mos de los 150 que contiene el Salterio.
    No interesa en la educación religiosa del cristiano la figura de un rey, sino el valor mesiánico que representa con sus gestos y sus palabras, con su significado de fundador del Reino de Israel y depositario de una promesa divina.  Debe ser recordado como el ascen­diente del Mesías Salva­dor. Este senti­do, recordado en diversos lugares del Anti­guo Testamento (2 Sam. 7. 12-15; Is. 11. 1-10; Jer. 23.5 y 30.9; Ez. 34. 23-31) será recogido por los evan­gelistas: Mt. 22. 42 Mt. 9.27. El Mesías será con­si­derado como descendiente de David y llevado ante Pilatos y condena­do a muer­te como tal, colocando el Procurador sobre la cruz la sentencia: "Jesús naza­reno, Rey de los Judíos" (Lc. 23.38).
   También tiene valor singular en la Biblia el "mesianismo" de la figura de David, es decir su carácter de tipo profético del Mesías: rey, salvador, perseguido, triun­fador. Por esos sus gestos mesiánicos son recordados en la Escritura: Belén donde nace, desierto donde se fortalece, llanto en Getsemaní al huir del hijo rebel­de que le persigue.
    Son 64 las veces que el nombre de David aparece en los textos del Nuevo Testamento. De ellas 28 se hallan en los cuatro evangelios llamando a Jesús "Hijo de David" y entendiendo el carácter real del Mesías.

El llamado Sepulcro del Rey David, en Jerusalén

 


 
 

 

 

   

 

 

 

Miguel Angel. El David . Detalle