Suele darse en moral este nombre a la obligación que tienen los casados que practicar las acciones sexuales (en sentido estricto la copulación y en sentido amplio la expresiones emotivas concomitantes) propias del matrimonio.
Se expresa así la idea de San Pablo de que la mujer debe dar "el débito" (lo debido, lo obligado) al marido y el marido debe darlo a la mujer" (1 Cor. 7. 3) (Ver Matrimonio 1)