Delegaciones
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  Grupos o servicios de personas dependientes ("delegados"), enviadas, subalternas, en relación a la autoridad competente y última, responsable de las actuaciones y de los recursos. Se organizan en todas las Diócesis, países e instituciones religiosas, como forma de colaborar solidariamente con quien tiene la responsabilidad de la aultoridad, lo que implica la conciencia de ofrecer la decisión última.

 

   Se desenvuelve con entrega, con cierta autonomía y con medios suficien­tes, recibidos o autogestionados. Y ofrece un servicio interesante y provechoso para la comuni­dad en la que ellos mis­mos se sienten integrados. En los ámbitos educativos, eclesiales y catequísti­cos se trabaja mucho en forma de Delegaciones por la sensibilidad democrática y solidaria que inspira el ejercicio de la autoridad eclesial.
   En las Diócesis e Institutos religiosos las Delegaciones de Catequesis, de Liturgia, de Apostolado laical, de Medios de comunicación, de Misiones, de Formación permanente, etc. son frecuentes. Esas Delegaciones suelen estar presididas por un Presidente, Animador o Encargado de que el trabajo se haga. Se actúa con consignas recibidas de quien tiene la autoridad, pero se cuenta con iniciativas propias y recursos adecuados.
   Pueden ser más o menos numerosas en cuanto a los miembros que las constituyen. Pero lo importante no es el número de los que la forman ni el numero de reuniones en las que se comprometen, sino la entrega y organización interna que las hacen eficaces.

  DELEGACION DIOCESANA DE CATEQUESIS

     Son de muchos estilos y formas. En cuanto “delegaciones” responde al criterio de subsidiariedad, que es plenamente compatible con el de la dependencia. La significación pastoral máxima reside en el Pastor eclesial, que lo es el Obispo en cada Diócesis, el Papa en la Iglesia Universal.

  
Las delegaciones internacionales, nacionales o diocesanas, llámense Consejos, Equipos, Secretariados, Comisiones, Vicarías, Comités, de mil otras formas, deben organizarse en función de una pastoral de conjunto y con criterios evangélicos y no meramente administrativos. (Ver Código D.C. cc 511 a 514.      
  

 

 


  
  
 
 
 

 

 

   

 

Y a su vez pueden organizarse inte­rior­mente de diversas formas, por ejemplo mediante la distribución de competencias y tareas que conduzcan a constituir Subdelegaciones que habrán de dar cuenta de sus planes y logros a la Delegación general.
 

  Estos grupos de trabajo autorizado representan excelente apoyo y son cauces para una promoción viva y cercana de las iniciativas particulares en espíritu y para la acción corresponsable. Buscan colaboraciones externas y saben crear clima de entrega, pues son conscientes de que trabajan todos para la misma causa, que es el Reino de Dios.