Dinero
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  Término que procede de "denario" en latín, que era moneda usual en Roma. Se convierte en algo genérico que indica cualquier medio de cambio usado para el pago de bienes, servicios y remisión de deudas. El dinero sirve para tasar el precio de las cosas. Se concreta en la moneda, que es instrumento para calcu­lar la cuantía. El número de monedas re­queridas para comprar un bien se denomina precio o costo.
   Sin la utilización del dinero, el comercio se reduce a trueque directo de un bien por otro que se usaba de las economías primitivas. El progreso de la sociedad surgió cuando se descubrió ese bien y las relaciones comerciales se hicieron ágiles. El dinero en moneda puede ser de dos tipos: en forma de un material que se estima e intercambia: oro, plata, cobre, marfil al que se le da un valor por el peso, la pureza, el tamaño. Y el fidu­ciario, que es un documento (billete) que acredita la posesión de ese valor.
   Las primeras monedas circularon en China hacia el 1100 a.C. en forma de miniaturas de cuchillos de bronce, hachas y otras. Las monedas de oro y plata aparecieron en el siglo VI a.C. en Lidia, en Asia Menor. Los reyes, las ciudades, algunos templos o comerciantes acuña­ron monedas con su sello.
   El papel moneda fue inventado en Chi­na en el siglo IX, para evitar transportes de metal y bajo la autoridad del Estado para todo el Imperio. Otras formas de pago, como la letra de cambio o recibos avalados, se inventaron en Castilla, en Medina del Campo, en el siglo XIV.
   En los tiempos actuales existe el dinero electrónico que es pago con datos en clave y consignas informáticas sin nece­sidad de usar ningún elemento interme­diario, sino sólo la fiabilidad de quien paga y la confianza de quien recibe la consig­na y la acumula para a su vez realizar transacciones y pagos.
   El dinero, y su forma de moneda o billete, en sí no es más que medio de comercio. No es malo ni bueno. Lo que es moral o inmoral es el uso que se hace de él. A la hora de valorar el dinero como riqueza o la carencia de él como pobre­za, hay que ver el uso o abuso que se hace y sus consecuencias
   Cuando en el Evangelio se recuerda lo que decía Jesús de las riquezas (mam­mona) y se traduce el texto por dinero: Mt. 6.24 y Lc. 16.13, término recogido del Antiguo Testamento (Tob. 4.7; Eclo. 4.1 y 14.13), hay que entenderlo en sentido general de apego a las posesiones por encima otras adhesiones más valiosas.