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       Se ha popularizado en determinados ambientes  la expresión "diseño" (dibujo, trazado, modelo) "curricular  (relativo a currículo, que es lo que debe ser recorrido), para reflejar el  programa académicos o cultural que se propone para guía de la docencia en  diversas dimensiones, materias, niveles y situaciones. 
   Términos análogos pueden ser, además de  programa, los de planes académicos, temarios o contenidos. Pero a la expresión  de "diseño" se le asocia con cierta flexibilidad operativa para adaptarse  a los contenidos que engloba y a la expresión de "currículo" se  anexa la idea de algo que tiene que ser adquirido gradualmente. 
   Lo ordinario en los currículos es desglosar  su contenido en aspectos cognoscitivos (lo que se debe saber, la información),  los aspectos operativos o procedimentales (lo que hay que saber hacer) y los  aspectos actitudinales (intereses que se deben promover para que lo que se  hace o se aprende llegue a gustar). 
   Esta triple dimensión responde a la  taxonomía, o conjunto de objetivos coherentes, de la acción didáctica, de  Benjamín Bloon, que hablaba de objetivos cognoscitivos, operativos y  afectivos. 
   Esta terminología didáctica se debe aplicar  también a los diseños curriculares propios de las áreas religiosas en los  ámbitos académicos. Es compatible con los sistemas o ámbitos no académicos  de la formación, como son los parroquiales o lo de los diversos grupos que  buscan la educación de la fe y la animación espiritual de las personas. 
       
     
    
    
        
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