Enciclopedia
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  Obra, según el espíritu racionalsita del siglo XVII, encerrada en los 17 volúmenes editados en París entre 1751 y 1772 por Denis Diderot y Jean Le Rond d´Alambert. Intentó romper con las tradiciones poco científicas de los tiempos pasados y ofrecer una nueva visión de la ciencia, basada exclusivamente en la razón y en la libertad de expre­sión.
   Fue el objetivo general primero el difun­dir las ideas de la que se autodeno­minaban "ilustradas". Se componía esta obra detextos de buenos literatos y pensadores libres, es decir cartesianos hasta las médulas de los huesos. Los criterios de los promotores eran claramente antijerárquicos en todos los sentidos, científicos y humanos, prescindiendo de los religiosos o rigiéndose por un deísmo global. Todo ello era condición para escribir en la obra.
   El nombre de "enciclopedia" fue usado por influencia inglesa, debida a la obra de Efraim Chambers "Cyclopaedia o Univer­sal Dictionary of Art and Scien­ces", en 1728. El título original fue "Diccionario razonado de las artes, de las ciencias y de los oficios" y como diccio­nario fue denominado al comienzo.
   El anuncio inicial en un prospecto el año 1750. D´Alembert redactó el Discur­so preliminar indicando que la Enciclopedia era un sistema de todos los conoci­mientos humanos, tal como se habían presentado en el ”árbol del canci­ller Ba­con”, quien organizó los saberes siguien­do las facul­tades de memoria, razón e imagina­ción.
      - La memoria es la sede de la experiencia o del conocimiento directo y da los cono­cimientos de la Historia;
      - la razón es la fuente de la reflexión hecha con el razo­namiento y da la Filo­so­fía y los conocimiento teóricos;
      - y la imaginación es la que mueve la imitación reflexiva produciendo las Bellas artes y la poesía).
   En estas tres ramas del tronco científi­co se prenden todas las ciencias, las artes y de los oficios.
   El primer volumen se editó en 1751 y provocó una reacción de las autoridades por el carácter liberal y extrarreligioso (más que antirreligioso). Fue prohibida la continuación de la obra por el poder, en 1752, al aparecer dos volúmenes más.
   En 1759 d´Alembert abandonó el proyecto. Obtenido el permiso para continuar, aparecieron siete volúmenes, teniendo como promotor y único respon­sable a Diderot. Así se llegó a los 17  en 1765 y  a cuatro más de índices y apéndi­ces en 1772.
   Los autores, si no lo eran, se hicieron famosos por haber escrito en la obra, mereciendo el nombre de “ilustrados"  y alardearon de que losdemás no lo eran. Pronto se les llamó enciclopedis­tas: Rousseau, Voltai­re, Duclos, Holbach, Quesnay, Turgot, Toussaint y otros hasta 160. Algunos como Rousseau, autor de textos sobre la música y las artes, rompieron o fueron eliminados.
  
 
 
 

 

 

   

 

 

 

 

 

La influencia fue grande por la riqueza de las ideas, la variedad de temas y también por las prohibiciones y la oposición de los estamentos más conservadores, entre los que se hallaban la monarquía y los poderes eclesiales.
   Provocó también una reacción en otras líneas de pensamiento, ya que la razón sola chocaba con la cultura del siglo XVIII y la ineludible influencias de las tradiciones eclesiales cristianas de toda Europa. Muchos intelectuales cristianos se distanciaron de sus planteamientos y la combatieron con cierto rigor y más con afirmaciones gratuitas que con datos equivalentes en rigor y elegancia.
   Los jesuitas se distinguieron por esa reacción, haciendo excelentes críticas, a veces agresivas como la de Fernando Ceballos (1732-1802) en "La falsa filosofía, crimen de estado" y en ocasiones más moderadas como Francisco Alvarado (1756-1814) en "Cartas críticas".