Envío
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  En general es toda acción de confiar a alguien una misión o mandato para realizar una misión determinada, sobre todo si hay que "partir para otro lugar” para realizar­la bien. Cuando se dice el término "enviar" en sentido evangélico, se alude al mensaje que Jesús confió a su Apóstoles y a la palabra que les confirió la misión :"Ir por toda la tierra para anunciar el Evan­gelio a todos los hom­bres " (Mc. 16.15  Mt.28.19; Jn. 20­.21).
   Ese envío evangélico se mantiene vivo para todo los seguidores del Jesús. Pero la Iglesia lo ha explicitado a veces de manera más solemne o litúrgica cuando confía a determinados cristianos el apostolado o envío especial: sacerdotes, misioneros, catequistas, educadores de la fe, etc. en ellos se consolida el envío con una acción litúrgica o paralitúrgica.
    Cuando ese envío se considera público y oficial en la Iglesia, como acontece con todos los que tienen cura de almas, empezando por los Obispos encargado de una Diócesis y de los presbíteros y diácono que le ayudan, se denomina "missio canónica" o responsabilidad pública oficial. A ellos estrictamente se aplica el mensaje de Jesús: "Como mi Padre me envió a mí, así os envío yo a vosotros" (Jn 20.21).
    Pero en ella participan todos cuantos, en comunión con ellos y con la Iglesia entera, y no actuando según sus propias y particulares luces, ejercen la meritoria labor del apostolado en todos los rinco­nes del mundo. Ellos actúan al servicio de todos los miembros de la Iglesia o de cuantos pue­den llegar a serlo por su ac­ción misionera, samaritana, catequéti­ca y pastoral.
    En lo referente a la catequesis, ese envío primordial es el que requiere la referencia al Obispo, que es la cabeza de toda acción catequética, y la intercomunicación a todos los que se dedican a las tareas pastoral y evangelizadora en relación con él. Todos deben recordar las palabras del Concilio Vaticano II a los Obispos: "Vigilen aten­tamente para que se dé con todo cuida­do a los niños, adolescentes y jóvenes, e incluso a los adultos, la instrucción catequética que tiende a que la fe, ilustrada por la doctrina, se haga viva, explícita y activa en los hombres; y que se enseñe con el orden debido y método convenien­te, no sólo con respecto a la materia que se explica, sino también a la índole, facultades, edad y condiciones de vida del os oyentes y que esta instrucción se funde en la Sda. Escritura, en la Tradición, Liturgia, Magisterio y vida de la Iglesia". (Chist. Dominus 14). ( Ver Obispo. Ver Misión)