Fin
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    Es lo que se busca al término de un camino o proceso. Fin es concepto básico de la Filosofía (Teleología proviene de "teleolos" en griego, finalidad). Intenta clarificar el para qué de los seres, sean cuales sean, vistos en sí mismos o mirados desde el agente (o causa eficiente) que los hace, origina  o crea.
    Sin entrar en excesivas reflexiones sobre lo que son los fines y los tipos de fines, conviene recordar que ellos están en la mente de todo el que hace algo. Y por eso la ter­minología ordinaria se desenvuelve en diversidad de expresiones análogas y más concretas: metas, miras, intenciones, designios, propósitos, conclusiones, términos, motivos, objetivos.
    Toda persona inteligente se pregunta el porqué de las cosas y de las acciones, y entonces se detiene en la causalidad. Pero antes o después de esa pregunta "etiológica", se interroga sobre el para qué de lo que hace. Entonces se mueve en la visión "teleológica" de la existencia o de la reali­dad.
    Es interesante para el catequista y el educador de la fe, sin agobios, por con deseos de claridad, el interrogarse con frecuencia sobre los objetivos y propósitos que existen en su acción educadora.
    Si tiene los finos y los objetivos claros, su acción es más eficaz por ser más responsable y clarividente. Si actúa sin metas precisas, fácilmente divaga y se descarría o, al menos, pierde el tiem­po. Si él tiene las metas claras, puede ayu­dar a los que educa a clarificarlas tam­bién. Ello le ayuda a perfilar caminos y a seleccionar recursos adecuados a lo que se hace.
    Con todo debe saber que la finalidad se capta en proporción directa a la inteligencia que se posee. Por eso, cuando trabaja con educandos pequeños, los fines tienen que quedarse en él, pues los niños no los asimilan. Pero si actúa con educandos mayores debe ser transparente en sus intenciones y proyectos y hacer partícipes de sus objetivos a los educandos con sinceridad oportuna.