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   Referencia astronómica al cielo, al universo, al espacio, en cuanto el cos­mos (orden) se mantiene firme (estable, fuerte)
   En la Sagrada Escritura se emplea con frecuencia este término (Ex. 39. 3; Num. 17. 4; Jer. 10. 9), aludiendo al espacio firme y fuerte en el cuál habita la divinidad, en donde Yaweh reside. La palabra hebrea "raquia" se halla traducida en los LXX por "stereoma". En ambas subyace la idea de zona o lugar firme en donde su apoya el trono de Dios.
   La cosmología israelita es tributaria de la babilónica, más que de la egipcia. Presupone una gran bóveda celeste en la que se abre lugar para las estrellas y bajo la que se mueve el sol de día y la luna de noche. Ese mundo cósmico fue creado por Dios en el segundo día de la creación (Gen. 1.7 y 14. 18) y de él se hacen eco los demás escritos bíblicos: Is. 40.22; Jer. 10.12 y 51.15; Zac. 12.1; Salm. 104. 2; Job. 37. 18.
   Como hechura divina, alude a un edificio fuerte, en el cual se apoya un trono de gloria y majestad (Salm. 8. 19. Ecclo. 43.1). Reviste misterio para los hombres: Dan 12.3. Con el tiempo se convertirá en destino de los elegidos, aunque lo más frecuente es aludir a un centro divino de referencia, más que a un destino humano de premió o beneficio.
   Los conceptos de "alturas", cielo, universo, son análogos en la Escritura. Y desde luego distantes de los de tierra, mundo, suelo, incluso paraíso y Edén que se entienden más cercanos al lugar donde viven, vivieron o pueden vivir los hombres.