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También se dice folklore (del inglés "folklore, enseñanza popular o acción popular). Significa el conjunto de tradiciones artísticas, musicales y convivenciales de un pueblo o región.
Hay también un folclore religioso que se ha forjado a lo largo de los siglos y se conserva en función de las creencias y supersticiones de una región.
El folklore es un lenguaje de indudable valor social. Con frecuencia hay que apoyarse en él para la promoción de los valores espirituales (fiestas, creencias, tradiciones, virtudes, valores); pero siempre conviene purificarlo de los aditamentos no religiosos, a fin de evitar la confusión y la promiscuidad de las actitudes éticas, estéticas y religiosas.
El folklore es un valor en sí mismo y debe ser mirado de forma positiva, incluso como plataforma de evangelización. La Iglesia siempre fue respetuosa con todas las tradiciones y creencias, aunque no ha podido acoger en su seno aquellas que suponen errores o inmoralidades. Por eso las supersticiones o las costumbres incompatibles con el Evangelio nunca podrán ser asumidas por el cristianismo. En todo lo demás el Evangelio se beneficia con su cultivo, respeto y aprovechamiento: músicas, bailes, decoraciones, fiestas, convivencias, adornos, etc.
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