Fuego
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     Término real que indica combustión y destrozo de una materia y término escatológico que alude a ese misterio sancionador reservado para quienes no quieren acoger la oferta divina de salvación.
   El sentido de fuego como purificación aparece en los profetas con frecuencia: Dios se aparece a Moisés en medio de fuego (Ex. 3.2. 19 y 18) y acompañó a los israelitas en el desierto en columna de fuego (Ex. 13. 21). Dios mandó fuego al Carmelo para dar garantía al sacrificio de Elías (1 Rey. 18 38). Y purificó los labios de Isaías con un tizón encendi­do (Is. 6.6) para asegurar su sacrificio.
   Pero más veces tiene una alcance de castigo aterrador: Caso de Sodoma y Gomorra (Gn. 19.26-27) o de los sacrílegos abrasados en el desierto (Lev. 10.3).
   En el nuevo Testamento la idea del  fuego surge con frecuencia: 84 veces aparece como tal (fuego, pyr o pyreo) y docenas más en referencia a llama, a arder, a quemar o a consumirse, a sentirse comprometido hasta quedarse en una acción.
   Atribuido a los labios de Jesús aparece el término 17 veces refiriendo el fuego como castigo interminable y con sentido definitivo: "Id al fuego eterno" (Mt. 25.41). "El que no da fruto será arrojado al fuego" (Mt. 3. 12 y 7. 19) "A la cizaña se la quemará en el fuego." (Mt. 13. 40)
   La Iglesia, en sus enseñanzas tradicionales, habló siempre del fuego purifi­ca­dor del "Purgatorio" y del fuego eterno castigador del "Infierno". Pero es evidente que no se trata de un fuego físico al estilo de la combustión como acontece en este mundo, sino de otro dife­ren­te aunque "real": del fuego sancionador que, desde la metáfora de lo natu­ral, permite llevar la atención a la idea de un misterio purifica­dor.
   Esta visión debe ser bien poseída por el educador de la fe, para que no entre en discusiones sobre el sentido de la metáfora y prefiera centrar la atención en la realidad de la sanción divina.
   El misterio de la salvación y de la condenación es demasiado sutil para ser asimilado por men­tes inmaduras.   (Ver Purgatorio 4.1; ver Infierno 3)