Fundamentalismo
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     Es una actitud sociológica que se aferra a determinados planteamientos religiosos, éticos, políticos o morales e impide a la mente el mostrarse tolerante y a la afectividad en reaccionar con serenidad.
   En lo religioso y en lo ético se identifica con el integrismo. En lo social y políti­co con el absolutismo; en lo espiritual con el fatalismo. En todo momento se manifiesta como fanatismo y como explo­sión de agresividad interior en defensa de lo que se creen innegociable en el interior.
     Los fundamentalismos hacen daño a las personas y a las colectividades. Se orientan con agresividad a defender la propia verdad sin querer recibir las razones ajenas. Hasta las aberraciones, como son los terrorismos, los asesinatos y los atropellos, se revisten de tonalidad bondadosa por el hecho de responder a mitificaciones superficiales.
    La única forma que hay de luchar contra los fundamentalismos es la correc­ta educación en valores de tolerancia, compresión y respeto a los demás. Sin ella, los integrismos son sociopatías que abundan por regla gene­ral en las sociedades en transformación.
  Y como existen hoy muchos núcleos en el mundo que se hallan en esas circuns­tancias, los fundamentalismos raciales, religiosos, políticos y económicos se han multiplicado y fortalecido. Por eso es sumamente urgente el educar en los valores de tolerancia y comprensión, enseñar a vivir en diálogo y cultivar el respeto a todos.