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Porciones de ADN existente en cada uno de los 23 pares de cromosomas humanos, con los cuales se relacionan todos los rasgos hereditarios que se transmiten en la especie viva, vegetal, animal y humana, y que configuran después los rasgos somáticos directamente e, incluso, los rasgos psíquicos indirectamente.
Pueden presentarse también como soportes ciegos de las bases somáticas de la conducta humana. Y se puede llevar así, interpretando exageradamente su influensecia en el ser moral del hombre, a un determinismo biológico y a la práctica negación de la libertad humana.
Aunque en la actualidad los nuevos descubrimientos biogenéticos e incluso el tratamiento informático del "genoma humano" (entre 50.000 y 100.000 genes o elementos genético?) es un impulso más para la sospecha de que la conducta y la realidad humana dependen de ese complicado diseño con sus miles y miles de rasgos o carácteres genéticos, es preciso educar en la clara conciencia de la libertad. Por predeterminada que parezca la conducta y las propensiones humanas, la certeza de que el hombre es libre en sus opciones es esencial. Sus decisiones no pueden reducirse "del todo" a lo escrito biológicamente en sus cromosomas. Y es conveniente, por mucho que progrese la ciencia biogenética, enseñar a comportarse con libertad y con responsabilidad en los propios actos y a mirar la conciencia como primera fuente del comportamiento.
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