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Gesto religioso de doblar la rodilla derecha ante un objeto, lugar, persona y símbolo sagrado. Es signo de vasallaje y reconocimiento ya desde tiempo de los romanos. Parece que el gesto era más romano que griego, más occidental que oriental.
El término aproximado que se emplea en la Escritura para expresar el reconocimiento o la veneración por alguien es el de "prosternación", es decir doblamiento del cuerpo entero, incluso bajando la cabeza hasta el suelo. Suele emplearse el término: "proskineo", veneración.
Sin embargo, en 20 ocasiones se recoge el término "genu", o doblaje de rodillas; y en todas ellas hay referencia a los usos romanos: como humillación, "Se arrodilló ante Jesús diciendo "ten piedad de mí" (Mt. 17.14); como homenaje: "al nombre de Jesús se doble toda rodilla" (Filip. 2.10), como piedad ante Dios de Pedro (Hech. 9.40), de Pablo (Hech. 20.36) o del mismo Jesús (Lc. 22.41): como remedo, "Doblando la rodilla ante él, hacían burla" (Mt. 27.29; Mc. 15.19).
El gesto romano suponía doblar la rodilla manteniendo el cuerpo recto e inclinando, tal vez, la frente. El gesto cristiano suponía un paso intermedio entre la prosternación oriental y el aspecto romano.
Sin mitificar el gesto excesivamente, es bueno enseñar a realizarlo cuando la ocasión se presenta, pues se entiende en él un signo de respeto, amor y veneración: al pasar ante el sagrario, al momento de la consagración eucarística, en ocasión de algún homenaje ante una jerarquía, pero siempre según la tradición y los ambientes en que uno se desenvuelve.
No es bueno convertirlo en rito mágico que denote integrismo o rigidez, como se inculca en determinados movimientos o grupos religiosos, que hacen del gesto un signo marcial más que amoroso.
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