Godos
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   Antiguo pueblo de Germania, proveniente de las costas del Norte y de Suecia, que se estableció en la Europa central hacia el siglo I. Crecieron de forma rápida y en el siglo III formaron ya una nación disciplinada, que pudo hacer frente al Imperio romano ya decadente.
   Luego se dividieron en otros grupos: visigodos, ostrogodos sobre todo.
   Fue el primer pueblo germánico cristianizado, lo que le da cierta importancia en la historia y la determinación de las raíces cristianas de Europa.
   En el siglo III las hordas godas asola­ron Tra­cia, Dacia y Asia Menor. El 267 saquearon Atenas y siguieron en Asia.
   Un siglo de guerras de los roma­nos y los godos dejó desvastadas las zonas balcá­nicas y el noreste del Mediterráneo.
    La división de los godos aconteció en el 370, cuando los hunos invadieron el sur de Europa. Los ostrogodos constituyeron un reino al este del río Dniéster, alrededor del mar Negro, la actual Ucrania y Bielorrusia. Crecieron hasta invadir y dominar toda Italia. Los visigodos fue­ron creando un dominio territorial desde el Dniéster hasta el Danubio. Visigodo precisamente significa godos del oeste (west o vis, en germano, oeste; y gothus, godo). Desde el 416 en que se federaron con Roma para combatir a los suevos, vándalos y alanos, invasores de la península, su dominio e influencia cultural y jurídica duró dos siglos hasta la invasión árabe el 711.
   El primer centro firme del Occidente lo puso el rey Teodorico (419-451) en Tolosa. Al perder el sur de las Galias ante los francos en la batalla de Vouillé el 507 y definitivamente en la de Nar­bona el 531 la capital se trasladó a Toledo
   El Reino de Toledo, que dominó toda la península, fue importante para el estilo cristiano de la milena­ria Historia ibérica desde su establecimiento hasta la inva­sión musulmana el 711.
   El rey más organizador fue Leovigildo (568-586). Mediante pactos y batallas dominó a la aristocracia hispanorromana de la Bética entre el 573 y el 576 y anexionó el reino suevo de Galia el 585. Con­quistó Amaya en la zona norte y dominó los pueblos cántabros y vascones. En el 581 construyó la plaza fuerte de Vic­toriaco, hoy Vitoria. La costa mediterránea, bajo dominio bizantino, fue la última dominada ya en el 625, bajo el reinado de Suinti­la.
   Leovigildo era arriano y, para acabar con las diferencias religiosas, Leovigildo trató de imponer el arrianismo como religión oficial del Estado, pero fracasó por la oposición de la Iglesia hispa­norro­ma­na. Su propio hijo Hermenegildo, gobernante en la Bética, abrazó el catolicismo y se sublevó el 579. Fallecido en prisión, correspondió a su otro hijo Recaredo declarar la religión católica la única del Reino en el III Concilio de Toledo el año 589. Junto a la unidad religiosa se determinó la igualdad jurídica mediante la pro­mul­gación por Reces­vinto del "Liber Iudiciorum" el 654.
   Los reyes visigodos adoptaron los atributos y el ceremonial de los emperadores. Y añadieron la "unción regia" conferi­da por los obispos, que les confería cierto carácter sagrado, y el pacto de fidelidad de los súbditos, que los convertía en protegidos por carácter divino. Los reyes eran electivos, aunque pronto pasaron a hereditarios.
   Este cambio se asumió en el IV Concilio de Toledo, el 633. El consejo del Rey tenía importancia en el gobierno y hacía un oficio palaciego de gobierno (Officium Palatinum). Las decisiones se tomaban en las grandes asambleas políticas del reino, el Aula Regia y los Concilios de Toledo.
   En los primeros años del siglo VIII se incrementó la lucha por el poder entre  dos familias: la de Chindasvinto y la de Wamba. En clima de guerra civil, llegó la invasión mahometana y el último rey visigo­do, Rodri­go, fue derrotado y muerto por los musulmanes en la batalla de Guadalete el 711.
 También los Ostrogodos siguieron su propia trayectoria. Ante la llegada de los Hunos el 370, los ostrogo­dos fueron derrotados y obligados a unirse a los dominadores. El rey huno Atila les llevó a la Galia el 451 y fueron aniquilados con los hunos en los Campos Cataláunicos a manos de visigo­dos y romanos.
   Los ostrogodos quedaron debilitados y federados a Roma, que les concedió la Panonia, entre el oeste de Hungría y el norte de Croacia y Eslovenia, para vivir.  En el 474 fue elegido rey Teodorico, y tras diversas guerras y alianzas con el emperador bizantino Zenón, invadió Italia en el 488, mató a Odoacro, rey de los hérulos, y se proclamó rey.

   La cultura romana influyó de forma muy notable en los ostrogodos bajo Teo­dorico. Al morir el 526, los desórdenes se reprodujeron y el 535 el Emperador bizantino Justiniano I envió a Belisario con su ejército y absorbió el reino. Italia quedó desde el 555 como provincia dependiente de Bizancio, que la gobernaba des­de Rávena mediante los exarcas o gobernadores bizantinos.