|  |   Literato de la compañía de Jesús, profundo  pensador, crítico y fino analista de su tiempo y de su mundo, fue uno de los  mejores prosistas del Barroco conceptista. Su actividad pastoral y religiosa  en la Compañía fue muy intensa como religioso y como docente.  Era natural de Belmonte y llego a ser Rector  del Colegio de Tarragona y catedrático de Sda. Escritura en la Universidad de  Zaragoza. Fue desterrado al centro de Graus, en Huesca y condenado por  escribir sin permiso de sus superiores y criticar con habilidad vicios y  errores en una inaceptable actitud que resultó intolerable para las autoridades  puestas a la defensiva.Fue predicador famoso, hábil en la palabra y  popular, a pesar de la densidad de sus sermones. Tuvo muchas disensiones y  malos entendidos con sus superiores de la Compañía cuando publicó sus obras  literarias con independencia de la Orden. Sobre todo "El Criticón",  su obra maestra y libro básico del Barroco español, que salió en tres entregas  o volúmenes bajo pseudónimo y sin autorizaciones explícitas que no se le  hubieran otorgado. Era una novela alegórica, graciosa, finamente sugestiva y  más irónica que mordaz. Imitaba el argumento de "El filósofo  autodidacta" de Abentofail, pero sistematizaba multitud de situaciones  sociales en una bienintecionada e inteligente denuncia de desaciertos también  eclesiales.
 Las otras obras que salieron también de su  pluma fueron "El Político", "El Arte de Ingenio",  "El discreto" y los tan traducidos a otros idiomas: "El  oráculo manual" y "El héroe". Pasarían a la Historia de  la literatura como modelos de prosa, emblema de inteligencia, reflejo de sinceridad,  sorpresa de quienes se veían retratados en sus insinuaciones y, en vez de  corregirse y arrepentirse de sus falsas fidelidades, se revolvían heridos  contra el inteligente autor. Pero ninguna como el Criticón le mereció la  repulsa de su Orden y el castigo final que le llenó de tristeza y terminó  prematuramente con la vida del excelente contertulio Padre "García de  Morlanes", pseudónimo de Baltasar Gracián y Morales.
 Los textos del Criticón todavía hoy se  prestan a sabrosos comentarios de las situaciones sociales y religiosas.
 
 
 
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