Hábito
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   Filosóficamente es el accidente o añadidura que se adjunta a la esencia de algo o de alguien para reflejar su condición ante los que llegan a conocerlo.
   En este sentido, se suele denominar hábito al vestido o uniforme distintivo que llevan los miembros de una cofradía, sociedad, estamento o grupo de significación social. Normalmente ha sido diseñado según el objetivo del grupo y las condiciones en que se desenvuelve.
   En el vocabulario actual se deja el término hábito para los grupos religiosos (cofradías, clérigo y congrega­ciones religiosas). Y se prefiere el término uniforme para las sociedades civiles.
  Los modelos de hábito religioso, sobre todo en sus vertientes femeninas, han sido tantos (varios millares) que es difícil hacer una clasificación o perfilar referencias de las tendencias que se han dado en la Historia.
   La Iglesia consideró durante siglos los hábitos como signos de valor religioso. Por eso prescribió consignas y normativas precisas sobre los clericales (hábito talar), (C.D.C. c. 284) y sobre los hábitos religiosos, en cuanto signo que reflejan la consagración a Dios de las personas y la misión eclesial que ejercen (c. 669)
   Es importante enseñar a los catequizandos y a todas las personas el respeto a los hábitos religiosos y sacerdotales. Constituye irreverencia y ligereza su uso para intereses comerciales, para diversiones y carnavales y para objetivos no conformes con su significación.