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Capacidad del hombre de comunicarse con sonidos organizados lógicamente y convencionales socialmente. A los signos se les atribuye una valoración que, asumida por el emisor y por el receptor, genera el pensamiento o el mensaje que se desea transmitir (una información, una orden, un sentimiento) y que se desea recibir.
El ser humano es por naturaleza "hablador", porque es "pensador". Al tener algo que decir, busca los sonidos que ha aprendido de pequeño para convertirlos en vehículos de transmisión. Estos sonidos son palabras, para transmitir conceptos; son frases para emitir juicios; son argumentos, simples o complejos, para transmitir raciocinios.
El habla es algo personal. Es una cualidad del ser en cuanto piensa y cuanto expresa el pensamiento. La lengua es el aspecto social del habla, que supone la organización regulada por normas de los modos de comunicarse una colectividad. El lenguaje es la modalidad en que se desarrolla la lengua. La expresividad es la cualidad humana que hace posible personalmente el hablar y socialmente el elaborar la lengua.
Al educador le interesa de forma especial el habla infantil y juvenil. Y al catequista y al educador de la fe les corresponde estudiar el habla religiosa que, como acontece en los demás terrenos del pensamiento, tiene sus peculiaridades y sus exigencias que hay que conocer, entender, enseñar, precisar y mejorar. Así se logra la comunicación interhumana y en cierto sentido análogo la comunicación consigo mismo y con Dios.
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