Su nombre era Abu Abdallach al-Husain. Fue el máximo místico musulmán que inspiró a muchos de los escritores ascéticos islámicos posteriores. Nacido en Bauda, Irán, vivió en Bagdag y predicó por diversas regiones del entorno.
Acusado de hereje por predicar la peregrinación interior como más valiosa que la exterior a la Meca, y por reclamar la unión con Dios grande y la prioridad del amor al prójimo, fue condenado y ejecutado entre grandes suplicios.