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Términos o datos que proceden del idioma griego, el culto y original de los filósofos clásicos (siglo V a. de C) o el popular que se hablaba en la Hélade y en todo el Mediterráneo oriental.
En el mundo latino abundaron los términos griegos por la gran difusión de la cultura helena después de las conquistas de Alejandro Magno. Y por la abundancia de esclavos cultos traídos de aquellas regiones como preceptores o pedagogos.
Y en diversas épocas de la historia las influenciad helenas se necesitaron términos adecuados para expresar las ideas abstractas, las técnicas o y las nuevas. Especialmente importante fue el período barroco, en su forma culteranista, que precisó crear nuevo vocabulario en todos los ámbitos artísticos y literarios, a pesar de la herencia escolástica poseída.
Y aconteció lo mismo en los tiempos más recientes, desde el siglo XIX, ante las exigencias terminológicas de los descubrimientos científicos, pues sin vocablos adecuados las ciencias, las máquinas, los productos resultantes del progreso quedaban inexplicables o al menos confusos.
En los ámbitos cristianos se multiplicaron los helenismos teológicos, los sociológicos, y sobre todo los bíblicos, por el lenguaje en el que fueron escritos los textos del Nuevo Testamento y algunos del Antiguo. Gracias a ellos, en la Teología cristiana se ha precisado el continuo uso de conceptos imprescindibles para la comunicación, incluso para la catequesis.
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